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Entrevista:Silvio González - Director general de Telemadrid

"O Telemadrid mejora o tendremos problemas en el futuro"

Silvio González Moreno, de 42 años, ha renovado su mandato como director general de Radiotelevisión Madrid con el alboroto consustancial a las destituciones. Nada más finalizar el paréntesis veraniego, González comunicó al consejo de administración de la cadena la caída en desgracia del que había sido director de informativos durante los últimos seis años, Fernando González, al que tomará el relevo la que fuera la primera directora de Madrid directo, Elena Sánchez Ramos, de 34 años. La nómina de defenestrados incluye también a los subdirectores de informativos, la directora de recursos humanos, la jefa de servicios, compras y seguridad y la jefa del área de comunicación. El director general del ente público, curtido en la SER, Canal Plus y la Cadena Cope, sostiene en esta entrevista que la renovación era necesaria "para no entrar en una situación de decadencia".Pregunta. La oposición le ha acusado de agostidad y de actuar con móviles políticos. ¿Cuál es la verdadera razón de los cambios?

Respuesta. Evidentemente, no puedo estar más en desacuerdo con ese diagnóstico político. Esta empresa funciona bastante bien, pero le hacía falta arriesgarse. Y cuando alguien lleva seis o siete años desempeñando la misma función, la tendencia natural es la contraria.

P. ¿A qué riesgos se refiere?

R. Telemadrid va a tener que enfrentarse ahora a la irrupción de la televisión digital terrestre, con dos canales privados madrileños, y a la proliferación de canales locales a través del cable. Es decir, el monopolio de hecho del que hemos disfrutado durante estos diez años está a punto de desaparecer, y o mejoramos nuestra posición o tendremos problemas en el futuro. Por eso no podemos permitirnos un estancamiento: si entráramos en una situación de rutina, de decadencia, luego sería más difícil remontar.

P. ¿Va a advertir el telespectador una nueva forma de hacer informativos?

R. No será un cambio radical. Seguiremos con nuestro lenguaje de cercanía, porque conocemos mejor que nadie el público al que nos dirigimos. Pero hay que apostar por caras nuevas y nuevas maneras de comunicar. En definitiva, hay que asumir riesgos.

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Llamada presidencial

P. ¿Consultó con el presidente regional alguna de sus decisiones?R. Cuando Ruiz-Gallardón, al que no conocía, me ofreció este cargo, ya me dijo: "Sólo te llamaré para nombrarte y para destituirte". Hasta ahora, así ha sido. Ya sé que, lamentablemente, a algunos les resultará difícil aceptar esto, pero no voy a perder ni un solo minuto en proclamar mi independencia.

P. ¿Es más difícil mantener la vitola de independiente cuando se trabaja en una empresa de titularidad pública?

R. Insisto en que no recibo más presiones en esta empresa que en una privada. Sin embargo, me produce tristeza comprobar cómo los responsables políticos, los primeros que deberían luchar por que los medios de comunicación no se empleasen como arma arrojadiza, hacen justo lo contrario. Al final pasará como en la historia del jinete al que descabalgan del burro y enseña al animal a que descabalgue a cualquiera que le monte. Si se pone en permanente cuestión a las televisiones públicas, éstas terminarán aprendiendo a descabalgar a todos sus jinetes.

P. ¿Dónde se encuentra el punto de equilibrio entre una programación competitiva y la prestación de un servicio público?

R. Ésa es una ecuación que todavía nadie ha sido capaz de resolver. La dificultad radica en pasar de las definiciones a los problemas concretos. Yo puedo decir a mis colaboradores: "Hagamos programas culturales". Pero sería un despilfarro por mi parte tomar una decisión así para luego conseguir una audiencia del 5%.

P. Pero si no se hace, nunca se sabrá el resultado.

R. Desde luego, la inmensa mayoría de programas de estas características que conocemos no han superado nunca ese listón.

P. Entonces, ¿en qué consiste el servicio público? ¿Metemos en ese concepto a Tómbola?

R. Servicio público son los informativos, Madrid directo, 30 minutos, las críticas a la Administración... Si la única referencia negativa a Telemadrid radica en un espacio que constituye el 1,43% de la programación, debo sacar la conclusión de que esta cadena es una joya. Y Tómbola, por cierto, es un programa que siguen uno de cada tres telespectadores. ¿Qué debo hacer, renunciar a una de las mayores fuentes de ingresos publicitarios?

P. Tómbola es un espacio de la televisión valenciana. ¿Cuándo apostará Telemadrid por la producción propia?

R. Nuestros presupuestos reducen al mínimo las posibilidades. Ningún programa de máxima audiencia de Telemadrid supera los ocho millones de pesetas, mientras que el capítulo de cualquier serie de ficción se dispara hasta los 40. Conclusión, esta casa no se puede lanzar a la producción de series y tampoco es sencillo alcanzar acuerdos con cadenas de ámbito nacional, porque quemaríamos el producto emitiéndolo primero en Madrid.

P. ¿Invertiría, entonces, en grandes fichajes?

R. Ni nuestro presupuesto ni nuestra manera de ver la televisión van en esa línea. Telemadrid debe ser una cantera y un vivero de las televisiones generalistas. Nosotros podemos presumir de haber formado muchos jóvenes valores.

P. ¿Ha perdido audiencia la cadena con el nuevo reparto de los derechos futbolísticos?

R. Un poco sí, pero es una consecuencia inevitable de la aparición de nuevos soportes y no impide que el fútbol siga siendo un elemento fundamental. Tengo los datos: durante la temporada 1996-97, el partido de los sábados consiguió una audiencia media del 46,8%, una cifra que se redujo al 45,2% al año siguiente y al 42,4% durante la temporada 1998-99. Con todo, éste es un fenómeno común a todas las televisiones autonómicas.

Segundo canal, en el 2000

P. ¿Está su empresa en condiciones de abrir un segundo canal?R. Existe un problema previo: la modificación de la ley de terceros canales, que, por lo que me cuentan, está algo estancada. Dicho lo cual, es cierto que cuando la Comunidad de Madrid falle el concurso de televisión digital terrestre, puede que en octubre, a Telemadrid le corresponderán dos de los cuatro canales. Uno consistirá en la emisión digital de la programación analógica, y para el otro, efectivamente, ya he reservado una primera partida en el presupuesto del 2000, de tal manera que estaremos en condiciones de presentarlo durante el cuarto trimestre. Aún no está perfectamente diseñado el proyecto, pero tengo claro que el segundo canal debe ser complementario, no del todo competitivo: productos con un lenguaje diferenciado, para un público joven y urbano, y todo con un coste razonable. No podemos permitirnos un incremento en las subvenciones que nos inyecta la Comunidad [este año, 9.800 millones]".

P. Pero tendrán que nutrir un canal cuando ahora ya recurren a las repeticiones, como la de Madrid directo por la mañana.

R. La multidifusión es una manera de asignar recursos eficazmente, porque por la mañana hay muy poco consumo de televisión (al margen de ese fenómeno de culto para el público infantil en el que se han convertido los Teletubbies). Veo mejor repetir un programa de éxito que emitir cualquier subproducto.

P. ¿Qué postura va a adoptar usted cuando se plantee el debate de la privatización?

R. Ésa será una decisión política y no me conozco el programa del PP al respecto. Hay que analizar con seriedad si tiene sentido una televisión pública con las actuales connotaciones y limitaciones, así que yo estaré a lo que me digan, y si se decide privatizar, colaboraré. Pero reservo mi opinión para cuando me consulten.

P. Se le diría proclive...

R. No es conveniente que me explaye ahora, de verdad. Sólo generaría tensiones.

P. Usted ha nombrado una nueva directora de informativos para Telemadrid en menos de una semana mientras que el cargo de director de Onda Madrid sigue vacante. ¿Es que la radio es la hermana pobre del ente?

R. Onda Madrid tiene un serio problema en el mercado actual, y es que hay muchas emisoras locales y las nacionales dedican mucho tiempo a su programación regional. Todavía no tengo clara qué línea debe seguir la emisora, pero creo que ha de apostar por la experimentación y la vanguardia: programas dirigidos a universitarios y cosas así. Mi apuesta por Onda Madrid se concreta en que nombraré a un responsable con dedicación exclusiva, mientras que hasta ahora el director simultaneaba su labor con la dirección de los informativos de Telemadrid. Dicho todo esto, no podemos llevarnos a engaño: televisión y radio son dos magnitudes muy distintas y estaría fuera de lugar que Onda Madrid me ocupase el mismo tiempo de reflexión que la televisión.

P. Ahora que Televisión Española ha vendido sus acciones en Vía Digital, ¿va a hacer Telemadrid otro tanto de lo mismo?

R. La experiencia en esta plataforma nos ha permitido desarrollar cuatro canales temáticos y, en consecuencia, explorar nuevos terrenos. Si nos ofrecen un buen precio, está claro que no habrá inconveniente en vender. Pero cualquier movimiento se hará de común acuerdo con Telefónica, el accionista de referencia, porque Telemadrid tiene a gala comportarse como un socio leal.

P. ¿Qué recuerdo amargo y cuál emocionante le quedan de este año y medio de gestión?

R. El amargo, el de la huelga, que nos impidió celebrar en condiciones el décimo aniversario. Al menos, creo que sirvió para que los sindicatos comprendieran que esta casa no se mueve por ritmos políticos, sino por negociación. Lo mejor es poder estar aquí con un grupo de colaboradores que funciona bien.

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