Unas 50.000 personas presencian el primer encierro de Cuéllar, que cumple este año su quinto centenario
Cerca de 50.000 personas presenciaron ayer el primero de los cinco encierros de Cuéllar (Segovia), que se celebran con motivo de las fiestas de la Virgen del Rosario, una tradición taurina que llega este este año a su quinto centenario, por lo que se la considera como la más antigua de España.El alcalde de esta villa de 9.200 habitantes, el socialista Octavio Cantalejo, explicó ayer que en el encierro "hubo más gente que nunca" y que se trató de una carrera muy peligrosa y vistosa porque la manada fue muy disgregada.
El encierro de Cuéllar tiene un recorrido inicial por el campo, entre tierras de labor y pinares, donde los toros son acompañados por caballistas durante unos cuatro kilómetros. Cuando llega al casco ubano, los corredores de a pie llevan los toros hasta el coso taurino por un trayecto de 1.500 metros.
Ayer, pese a la nutrida presencia de corredores y aficionados, sólo hubo que registrar algunas caídas y contusiones leves. El encierro se prolongó por espacio de 45 minutos, y los toros de la ganadería de José Luis Martín y Hermanos, de Ampudia (Palencia), encaste de procedencia Baltasar Ibán, provocaron numerosos momentos de peligro.
La primera ordenanza escrita que habla del encierro de los toros encontrada hasta el momento data de hace medio milenio, y se inscribe dentro del marco más amplio de las ordenanzas redactadas por el concejo de Cuéllar durante 1499, sancionadas el 20 de marzo del año 1500 por Francisco Fernández de la Cueva, segundo duque de Alburquerque.
Dentro de los actos del quinto centenario, el Ayuntamiento de Cuéllar ha abierto un centro de interpretación de los encierros, enclavado en la Iglesia de San Francisco, del siglo XVI, donde se recogen todas las tradiciones, documentación y cultura que gira en torno a esta actividad taurina y a la localidad cuellarana. Forma parte del Plan de Dinamización Turística de esta villa que tiene un importante patrimonio histórico-artístico del mudéjar.
