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Un sistema de bombeo evitará la regresión litoral en el Delta del Ebro

La Generalitat está desarrollando en el delta del Ebro un proyecto de estabilización de la línea litoral para evitar la regresión que sufren determinadas zonas, como la playa de Riumar, en el término municipal de Deltebre. Según los estudios técnicos realizados, el mar estaba avanzando hacia tierra en ese tramo al frenético ritmo de dos metros cada año, por lo que tan sólo en la última década el agua ha entrado 30 metros hacia el interior de la costa, en pleno parque natural del delta del Ebro. La empresa de la Generalitat Gisa acaba de completar en Riumar la segunda fase del proyecto de estabilización, que se desarrolla por primera vez en Cataluña, de forma experimental. Este sistema se ha aplicado en Dinamarca. En caso de que en el delta del Ebro el método dé resultados positivos, la Generalitat tiene intención de extenderlo a otras zonas del litoral catalán con una problemática similar, como el delta del Llobregat y algunos tramos de la costa del Maresme, según explicó ayer el director general de Ordenación del Territorio y Urbanismo, Joan Antoni Solans, en su visita al delta. Escaso impacto El consejero de Política Territorial, Pere Macias, también quiso conocer in situ la ejecución del proyecto, del que destacó su escaso impacto ambiental, por tratarse de un método suave, sin infraestructuras agresivas, y que puede eliminarse fácilmente en caso de no resultar eficaz. El sistema consiste en extraer la energía con que las olas llegan a la playa, de manera que se evite la succión de arena que provocan en su retirada ganando así terreno al delta. El mecanismo es sencillo: se coloca una red de tubos de absorción paralelos a la línea de la costa, enterrados a dos metros de profundidad. El agua del mar entra por los agujeros de las cañerías y desemboca en una cámara de bombas, que devuelve el agua al mar por otros tubos sin que ésta, por tanto, se haya llevado nada de arena. De momento, se han instalado a la izquierda del delta dos estaciones de bombeo, separadas unos 800 metros una de otra, con un total de seis bombas. Cada motor -pueden funcionar un máximo de cuatro a la vez- tiene capacidad para devolver al mar aproximadamente 50 litros de agua por segundo, y se activa automáticamente cuando el nivel de llenado del pozo lo hace oportuno. La Generalitat pretende estabilizar un tramo de 2,5 kilómetros de costa y, si con las dos cámaras de bombeo no se consigue, se construirá una tercera estación. La inversión de los trabajos supera los 100 millones de pesetas e incluye la colocación de un sistema de formación de dunas, aprovechando la arena que aporta el viento del Norte. Las entidades ecologistas consideran que este sistema puede minimizar la erosión en pequeños tramos del delta, pero aseguran que no sirve para aplicarlo en todo el delta y solucionar así la regresión que padece.

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