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El ministro indio del Ferrocarril dimite por su "responsabilidad moral" en el accidente

El choque frontal de dos trenes en la India, que en la madrugada del lunes costó la vida a cientos de personas, estuvo a punto de cobrarse una inesperada víctima política: el ministro del Ferrocarril, Nitish Kumar. "He presentado mi dimisión al presidente [Atal Beharti Veajpayee] debido a mi responsabilidad moral" en el siniestro, dijo ayer a los periodistas. Pero el presidente rechazó su renuncia, según fuentes oficiales. Los primeros resultados de la investigación sobre la colisión confirman la hipótesis de un fallo en el manejo de las agujas. El número de muertos se eleva ya a 275.

"Este desastre es el resultado de una negligencia criminal" del personal del ferrocarril, aseguró desconsolado Kumar dando por hecho que la tragedia responde a un fallo humano. Las labores de rescate prosiguen con una lentitud exasperante, pese a que ayer se sumaron otros 50 soldados. Los equipos, sin el material adecuado, extraen con dificultad los cuerpos del amasijo al que han quedado reducidos los vagones de segunda clase. Muchos presentan signos de descomposición. Una muchedumbre de más de 100.000 curiosos, según cálculos de la policía, rodea el lugar, añadiendo más dificultades. Las labores se concentran en tres de los 13 vagones accidentados. En ellos podría haber 200 cadáveres más, según estimaciones de las autoridades. Ciento veinticinco de los más de mil heridos se encuentran en grave estado. Los cuerpos no reclamados por sus familiares en un plazo de 72 horas serán cremados.Los equipos de rescate pretenden concluir hoy sus trabajos. La vía quedó anoche expedita, con lo que se reanudarán los transportes de productos básicos. Las primeras investigaciones han confirmado la hipótesis de un fallo en el manejo de las agujas. El ministro del Ferrocarril considera que la implicación en la catástrofe del personal dependiente de su departamento es razón suficiente para abandonar el cargo político que desempeña.

También se ha sabido que los dos trenes circulaban en una misma vía y en dirección opuesta a una velocidad de 80 o 90 kilómetros por hora en el momento de la colisión. V.K.Agarwal, presidente de los ferrocarriles indios, dijo ayer que fue el tren correo el que entró en la vía equivocada, unos 14 kilómetros antes del lugar del accidente. "Según nuestros procedimientos, el conductor tendría que haber detenido el convoy y haber alertado de inmediato al otro tren". Nadie sabe por qué no funcionó este sistema de seguridad.

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