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LAS VENTAS

Triunfo de los dos debutantes

Del sexteto de rejoneadores que componían el cartel hubo dos que llegaron y besaron el santo. Eso se llama entrar con buen pie en la plaza de Las Ventas, ayer con su fama de sañuda severidad un tanto por los suelos. Francisco Benito y Martín González Porras se fueron a casa con una orejita cada uno, merecida la del primero y no tanto la del segundo, que mató mala y feamente. Pero ahí están los dos, más contentos que un chaval en el circo y con la vista puesta ya en mayores empeños. Ambos triunfadores tuvieron la suerte de correr a los toros que dieron mejor juego. Y así, Callejón pudo lucir la destreza de su cuadra, sobre todo del caballo que sacó en banderillas. Con él vimos lo mejor de su actuación: quiebros espectaculares, bien ejecutados, pero mal clavados -dejó el primer palitroque delantero, y el segundo, trasero-, y otro en la suerte del violín. Cerró el tercio con el caballo totalmente de frente y dejando el arpón arriba. Si abandonara algunos gestos teatrales, propios de sus colegas circenses, puede convertirse en un buen rejoneador. El otro debutante, González Porras, es el más torero. Toda su labor se caracterizó por el uso del caballo como instrumento lidiador, para poner al toro en suerte y sacarlo de las querencias. Fue también el único que corrió a dos pistas. Además clava bien y siempre arriba, a excepción del rejón de muerte, con el que dejó un feo bajonazo. Tiene también sus defectos, naturalmente. No remata bien las suertes y abusa de los alardes circenses, en los que se pasó haciendo andar de rodillas a la jaca. De la actuación de los cuatro restantes hay que quedarse con la sobriedad de Miguel García, muy eficaz en banderillas, pero muy mal con los rejones de castigo. Dejó uno muy trasero y otro enhebrado. Arriesgó mucho al clavar por los adentros un par de las cortas. También brilló en algunos momentos Francisco Benito, con un manso chico y escuálido que, al final, se fue para arriba y dio juego. Sus quiebros en banderillas fueron los más espectaculares de la tarde, y el par a dos manos tuvo facilidad y brillantez. La mansedumbre del toro, muy evidente en los primeros minutos de su faena, le impidió lucirse con los rejones de castigo. Javier Mayoral se desesperó con el toro más manso de la corrida, al que porfió en distintos terrenos, sin conseguir buenos resultados. Y el veterano Curro Bedoya, que descordó e inutilizó a su toro con el segundo rejonazo, quedó prácticamente inédito.

Castilleja / Seis rejoneadores Toros de La Castilleja, desmochados para rejoneo y desiguales de presencia y juego

2º y 3º, mansos. Curro Bedoya: rejón trasero y tendido (silencio). Javier Mayoral: metisaca, rueda de peones y, pie a tierra, dos descabellos (silencio). Francisco Benito: rejón delantero, otro trasero y atravesado y, pie a tierra, descabello (vuelta). José Miguel Callejón: nuevo en la plaza, rejón delantero (oreja). Miguel García: pinchazo, rejón trasero y, pie a tierra, descabello (aplausos y saludos). Martín González Porras: nuevo en la plaza, pinchazo y rejón bajísimo (oreja). Plaza de Las Ventas, 1 de agosto. Un tercio de entrada.

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