La Mesa de HB mantendrá su política tras la excarcelación de su predecesora
La puesta en libertad de los dirigentes de la Mesa Nacional de HB no va a alterar la dinámica política implantada por la actual dirección desde su acceso al poder, en enero de 1998. La excarcelación de aquéllos coincide con el inicio de los debates de la ponencia que deberá aprobarse en la asamblea nacional prevista para el próximo diciembre. En ella se elegirá una nueva dirección, a la que, previsiblemente, serán incorporados algunos dirigentes que propiciaron la apertura de Herri Batasuna.
La excarcelación de la anterior Mesa Nacional de HB después de casi veinte meses de estancia en la cárcel va a permitir la participación activa de algunos de estos dirigentes en la política diseñada por sus sucesores, basada en el acuerdo de construcción nacional alcanzado entre los tres partidos nacionalistas -el PNV, Eusko Alkartasuna y HB- que se plasmó en la declaración de Lizarra y la posterior tregua de ETA, en septiembre pasado.Se ha tratado de un giro radical que los antiguos dirigentes han podido seguir sólo desde la distancia de la cárcel, aunque la actual Mesa, encabezada por Arnaldo Otegi, ha tenido buen cuidado en dejar claro durante este tiempo que el nuevo rumbo político se emprendió con el mandato de sus predecesores, en concreto del entonces principal dirigente de KAS, Rufino Etxeberria, que antes de ser encarcelado hizo pública una autocrítica de la política desestabilizadora y seguidista de ETA que habían ejercitado hasta entonces.
Aunque recobrarán la libertad, no parece estar claro que todos los antiguos dirigentes vayan a implicarse directamente en la actividad política al nivel que lo estuvieron hasta su encarcelamiento. La experiencia amarga por la que han pasado les permite tener una retirada honrosa, especialmente en el caso de los que tienen más edad, que han acusado la dureza de la prisión. De este modo, se deja más expedito el camino de la renovación ya emprendido a raíz de sus ingresos en la cárcel. Sin embargo, la dirección de HB se mantendrá con las dos meses nacionales hasta que se elija a la nueva ejecutiva, a finales de año, durante la asamblea nacional que consagrará definitivamente la política que, en realidad, está practicando la actual. El mantener hasta entonces la doble dirección se considera en medios internos como un obligado homenaje a quienes han permanecido durante todos estos meses privados de libertad.
Debates en otoño
Durante el próximo otoño darán comienzo, además, los debates entre la militancia destinados a concretar los términos de la nueva ponencia política que marcará los objetivos y la línea de actuación de la izquierda abertzale durante los próximos años.La mencionada ponencia definirá las pautas de actuación de una fuerza que ya se muestra dispuesta a entrar en las instituciones para hacer política, como ha quedado probado con su participación estable y activa en el Parlamento vasco, la institución a la que se habían resistido a pertenecer a pesar de haber obtenido representación en ella desde las primeras elecciones autonómicas. Precisamente, también ha luchado por formar parte de los ejectivos de las diputaciones forales de Vizcaya y Guipúzcoa, a los que no ha conseguido tener acceso por las resistencias que han puesto el PNV y EA a compartir el poder.
Además de aprobar la ponencia política y elegir a la nueva ejecutiva, la asamblea nacional de diciembre será también el escenario en el que deberá quedar clarificado el nombre definitivo por el que optará la izquierda abertzale, que hoy en día vive una confusa dualidad entre la vieja denominación de Herri Batasuna o su marca electoral, Euskal Herritarrok.
