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Entrevista:

"Lo nuestro con el GIL es un pacto sin pacto: tenemos las manos libres"

Carlos E. Cué

Mustafá Aberchan, de 39 años, médico, es el nuevo alcalde-presidente de Melilla gracias a que a los cinco votos de su formación, Coalición por Melilla, se unieron los de los siete diputados del Grupo Independiente Liberal (GIL) y los de los dos del PSOE. Sin embargo, sostiene que ha obtenido ese apoyo por generosidad, sin ningún condicionante. También dice que intentó otro pacto que no incluyese al GIL, pero que el PP lo vetó porque, insinúa, no quería aceptar que fuera un musulmán el que presidiera la ciudad autónoma a pesar de que su partido hubiera sido el más votado tras el GIL. Ahora debe formar un Gobierno y para ello tendrá que contar con los miembros del GIL, que ya ha logrado la vicepresidencia primera. Pregunta. El PP y el PSOE están negociando presentar una moción de censura contra usted.

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Respuesta. Es el límite extremo de la absurdez que se puede tener en política. No me preocupa. La presidencia se ha obtenido por dignidad política. Podemos presidir un Gobierno que gestione de forma noble los intereses de los ciudadanos melillenses, con honestidad y transparencia. No se puede hablar de moción de censura cuando no se ha constituido el Gobierno.

P. ¿Qué ha ofrecido al GIL para que aceptara votarle?

R. Lo que ha existido es un regalo de la democracia por la propia gravedad política de los acontecimientos. Es un pacto sin pacto. En el último momento, el GIL me comunicó que retiraba su candidatura porque no era viable y la iba a perder y que apoyaba la nuestra, progresista. Tenemos las manos libres, aunque hay que tener en cuenta la parte del pueblo melillense que hay detrás de ellos.

P. ¿Y cómo explica el apoyo de los socialistas?

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R. Están sufriendo una persecución muy fuerte por defender los principios de la Constitución, el artículo 14 [todos los españoles son iguales ante la ley]. Hacen falta políticos con principios firmes, como ellos. Han defendido más la Constitución que su ideológía.

P. ¿Cómo se gestó el acuerdo?

R. No ha habido ningún acuerdo de gobernabilidad. Todo se gestionó en los ocho minutos anteriores al voto de la investidura.

P. ¿Qué hizo que el GIL votara a Coalición por Melilla?

R. La disyuntiva era defender una opción progresista como la nuestra o quedarse fuera del Gobierno porque el otro gran acuerdo les dejaba fuera.

P. Pero el GIL no está asociado a las ideas progresistas.

R. Nosotros estamos seguros de lo que somos.

P. ¿No hay claras contradicciones entre el GIL y ustedes?

R. Lo que hay que reconocerles es el gesto de renunciar a su candidatura pese a ser los más votados.

P. ¿No hay una negociación?

R. Se está produciendo ahora. Mi responsabilidad es elegir el mejor Gobierno. Es difícil conjugar los intereses de varios grupos, pero vamos a intentarlo.

P. ¿Por qué no ha funcionado en Melilla el pacto anti-GIL?

R. Nosotros queríamos un pacto con los dos partidos nacionales y los dos locales y acuerdos puntuales con el resto, dado el interés especial de Madrid. Yo tuve una reunión de cuatro horas y media con Javier Arenas y otros dirigentes del PP. Queríamos que se respetara el criterio de la presidencia para el partido más votado. No podíamos ceder. A veces un apellido como el mío crea una serie de prejuicios lamentables en democracia. En esa reunión pusieron unos condicionantes que no reflejaban una visión de Estado.

P. ¿Se equivocan los que creen que el GIL sólo aportará corrupción?

R. Es el poder judicial el que pone en orden lo que se desvía del Estado de derecho. Hay que preocuparse de que la justicia funcione rápidamente, pero también respetar el voto ciudadano.

P. ¿No le preocupa estar vinculado al GIL?

R. Nosotros hemos crecido en votos porque se conoce nuestra gestión. La preocupación es de otros porque no están seguros de su personalidad política.

P. ¿Presidirá el GIL la segunda parte de la legislatura?

R. Todas las fórmulas de gobernabilidad que habíamos negociado con el PP y otros pasaban por ahí. Pero con el GIL no ha habido tiempo de negociar esas cosas.

P. ¿Cambia algo el hecho de que por primera vez un musulmán presida Melilla?

R. Esa pregunta me molesta mucho. Todo el movimiento que estamos haciendo es para defender un trato de igual a igual. Pocos diputados melillenses saben lo que pone el artículo 14 de la Constitución o, al menos, no lo respetan. Los apellidos no tienen importancia, sino las ideas con las que se quiere gobernar. Aunque no rechazamos nuestra personalidad, estamos orgullosos de ella. Muchos de nuestros principios están basados en eso.

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