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Francia permite la venta sin receta de la 'píldora del día siguiente' sin estrógenos

En España el levonorgestrel se emplea para tratar la menopausia y como anticanceroso

La píldora del día siguiente, un anticonceptivo sin estrógenos, eficaz durante las 72 horas posteriores al acto sexual, está ya presente en las farmacias francesas y es suministrada libremente, sin receta, al precio de 55 francos (1.375 pesetas). La comercialización de esta píldora que evita la implantación del óvulo en el útero se produce en un momento en el que las autoridades francesas se disponen a reactivar las campañas de información sobre anticonceptivos, a la vista del incremento del número de embarazos entre las adolescentes.

El levonorgestrel, principio activo de la píldora comercializada en Francia bajo el nombre de NorLevo, se conoce en España desde los años 70 y se prescribe, siempre con receta, como terapia hormonal sustitutiva o como parte de un tratamiento anticanceroso. En ningún caso como un método contraceptivo de urgencia, explicaron ayer fuentes del Ministerio de Sanidad y Consumo. Pero en Francia, pese a la tibieza inicial de la Academia Nacional Farmacéutica, partidaria de exigir la prescripción médica durante un período transitorio, la Agenda del Medicamento ha optado por la libre comercialización de este principio, considerando su inocuidad. Mientras las ministras Martine Aubry (Empleo), Nicole Péry (Derechos de la Mujer), Ségolène Royal (Enseñanza Escolar) se felicitan públicamente por este hecho, la Confederación Nacional de Familias Católicas (AFC) expresa su disgusto, porque "se trivializa", dice, "un acto que compromete, sin embargo, a una persona en lo más profundo de sí misma".

La eficacia del NorLevo, que se presenta en forma de dos comprimidos de 0,75 miligramos de levonorgestrel cada uno, asciende al 99% durante la primeras 24 horas y se mantiene posteriormente entre el 85% y el 95%. El primer comprimido debe ser ingerido lo antes posible, siempre dentro de los tres días posteriores al acto sexual, y el segundo, entre las 12 y 24 horas siguientes.

Su precio dobla el de otras píldoras de urgencia, y la Seguridad Social francesa no parece estar en condiciones de sufragar su consumo. "Las discusiones iniciadas con los laboratorios no han permitido hasta ahora llegar a una tarifa abordable para la Administración", indicó ayer Nicole Péry.

Un estudio de la Organización Mundial de la Salud de 1998 mostraba que el levonorgestrel es mucho mejor tolerado e igual de eficaz que los tratamientos combinados de estrógenos y progestativos. Éstos son los más utilizados por los ginecológos españoles para evitar un embarazo no deseado en los tres días siguientes al acto sexual. Lo consiguen en el 99% de los casos, pero a cambio de sufrir vómitos, mareos, malestar general por unos días y trastornos menstruales en muchas ocasiones. Acceder a estos combinados a través de la red de hospitales públicos es difícil, según Justa Montero, de la Federación de Planificación Familiar de España. Montero asegura que hay dos razones para ello: la objeción de conciencia y que "no es considerado una urgencia hospitalaria".

A falta de estudios que avalen las expectativas de la nueva píldora y fiándose de experiencias como la de Finlandia, donde se usa desde 1987, las autoridades sanitarias francesas confían en que su comercialización permita reducir notablemente el número de abortos. Se calcula que los embarazos no deseados entre las adolescentes francesas supera cada año los 10.000. Ese grupo de riesgo, junto al de las jóvenes solteras que mantienen relaciones sexuales ocasionales, son los destinatarios principales de la píldora.

A la ignorancia sobre los recursos anticonceptivos de que hace gala una parte de los adolescentes franceses, se sumaba hasta ahora la dificultad de acceder de forma inmediata a los tratamientos de urgencia. Los ginecólogos no creen, sin embargo, que la nueva píldora vaya a ser utilizada abusivamente. "Por regla general, las mujeres comprenden perfectamente que una cosa es la contracepción ocasional y otra, la regular", afirma Elisabeth Aubeny, del hospital Broussais de París.

El hecho de que NorLevo vaya a venderse en las farmacias vuelca sobre los farmacéuticos buena parte de la responsabilidad de informar sobre el producto y las condiciones en que debe ser suministrado. Algunos de ellos adelantan, invocando la cláusula de conciencia, su negativa a distribuirlo. La Orden Nacional de los Farmacéuticos va a enviarles una ficha con las características del medicamento y del conjunto de anticonceptivos de urgencia, junto al recordatorio de que deben escuchar respetuosamente al cliente y enviarle a la farmacia más próxima en la que puede encontrar la píldora.

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