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GUERRA EN YUGOSLAVIA El camino hacia la paz

Clinton y Yeltsin discuten fórmulas para acelerar la negociación

Los presidentes estadounidense y ruso, Bill Clinton y Borís Yeltsin, acordaron ayer por teléfono instruir a sus respectivos ministros de Exteriores, Madeleine Albright e Ígor Ivanov, que en ese momento negociaban cerca de Bonn, para que aceleren la solución a los puntos del acuerdo de paz aún pendientes. La iniciativa fue del presidente norteamericano, que también llamó al primer ministro británico, Tony Blair.Rusia intenta que la resolución del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas que dará cobertura jurídica a la fuerza internacional que se desplegará en Kosovo responda mejor a sus intereses, y a los de Yugoslavia, que lo que se refleja en el acuerdo aceptado la semana pasada por Belgrado. Ese compromiso, que contribuyó a forjar Víktor Chernomirdin, enviado del líder del Kremlin, ha sido recibido en amplios sectores de Rusia como una claudicación. La Duma (Cámara baja del Parlamento) estudia una resolución en la que se pediría a Yeltsin que los esfuerzos diplomáticos pasen exclusivamente a manos del Ministerio de Exteriores, lo que supondría en la práctica el cese de Chernomirdin. Éste se defiende de las acusaciones de traición diciendo que se limitó a cumplir órdenes de Yeltsin y que pensó ante todo en la seguridad de su país y en que éste no se viese envuelto en el conflicto. "Una vez dimos la cara por Serbia", afirmó en una entrevista por televisión en referencia a la IGuerra Mundial, "sufrimos millones de bajas y luego nos dejaron solos".

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En la Duma, dominada por los comunistas y sus aliados, la responsabilidad por la suspensión de las conversaciones entre expertos militares se carga en las espaldas de la OTAN. Incluso un dirigente tan moderado como Vladímir Rizhkov, portavoz parlamentario del partido de Chernomirdin, ha dicho que parece que son los hombres de uniforme, y no los líderes políticos, los que controlan la situación en el bando aliado. "Tan pronto se alcanza un acuerdo político", señaló, "los militares lo matan".

Por su parte, el embajador yugoslavo en Moscú, Borislav Milosevic (hermano del presidente yugoslavo), afirmó ayer que las conversaciones no fracasaron, sino que sólo experimentaron una pausa. Según él, los generales serbios están dispuestos a concertar los detalles de la retirada de tropas. Eso sí, considera que en la discusión deben participar militares rusos. "El acuerdo", recordó, "fue presentado por Rusia, que es nuestro aliado. En otro caso, no lo habríamos aceptado".

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