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DÍAS EXTRAÑOS Ciudadano Leslie RAMÓN DE ESPAÑA

Efeméride: el otro día conocí a un político de Convergència i Unió que me cayó bien. Epifanía: todos los políticos, no sólo los de CiU, deberían ser como él. Se trata de Antoni Miquel, alias Leslie, alias L"Anxoveta, al que sin duda ustedes han visto alguna vez, en persona o en la televisión, clamando por una escoba con la que barrer tantas cosas que no funcionan. Estábamos en Sant Joan Despí, haciendo tiempo para grabar un debate del programa Mil.lenium, y entreteníamos la espera (una invitada nos estaba dando plantón y el moderador del espacio hallábase atrapado en un atasco) contándonos batallitas (se cumplían 21 años de la celebración de Hasta luego, cocodrilo, festival que marcó el regreso a los escenarios de Los Sirex). Inevitablemente, salió el tema de las elecciones, y ante los sarcasmos del amigo Leslie acerca de la funesta costumbre que tienen los candidatos de visitar los mercados cuando se acercan los comicios, no tardé en darme cuenta de que me hallaba ante un político peculiar. O, más exactamente, ante un cantante de rock que se había metido a político con la loable intención de echar una mano a la gente de su barrio. Es más, tengo la impresión de que el nacionalismo de Leslie se reduce a la Barceloneta. Ahí labora de lunes a viernes, como esos políticos populistas de origen italiano que salen en las películas americanas, y los fines de semana se pone al frente de su banda de toda la vida (él sigue llamándola "conjunto", palabra entrañable prácticamente en desuso) y se marca unos bolos con Los Mustang, antaño su Némesis sociomusical y hogaño unos colegas apreciados. A diferencia de los políticos que llegan al mercado sin saber a cuánto está el kilo de salmonetes (de la compra se suelen encargar el mayordomo o la criada filipina), Leslie, que tuvo un restaurante y cuyo padre era pescador, es de los que se pueden presentar en cualquier mercado y hablar de tú a tú con la pescadera. De hecho, la gracia de este hombre es que habla con todo el mundo como con la pescadera, recurriendo a ese divertido dialecto del barcelonés que se habla en la Barceloneta y que consiste, entre otras cosas, en intercalar en la conversación vocablos como nen o xato. No sé qué pensarán ustedes, pero yo creo que al amigo Leslie había que enviarle a Europa en el lugar de Pere Esteve. ¿No se lo imaginan soltándole a algún estirado comisario europeo un monólogo como éste?: "Estas cuotas que nos queréis imponer, titu, son chungas, permíteme que te lo diga. Si vuelvo a mi barrio con este acuerdo, xato, me van a correr a gorrazos, nen". En esta lamentable comedia de situación en la que se han convertido las elecciones, algunos actores secundarios lo hacen mejor que los protagonistas. Yo por Pere Esteve no voto ni harto de vino, pero al amigo Leslie lo enviaría a Bruselas mañana mismo. Lástima que el hombre no esté mucho por la labor. Por lo que me dijo, le quedan un par de cortes de pelo en el mundo de la política y cada vez parece tener más ganas de quedarse en su barrio paseando con los amigos y preparando los bolos del fin de semana. Sí, le encantaría fabricar canciones nuevas, pero, nen, lo que la gente quiere oír es La escoba y El tren de la costa, y a la gente hay que darle lo que pide. El hombre no está para sopars de duro. Todo en él exhala sensatez y sentimientos a ras de suelo. Pregúntale por el sueño hippy y por la necesidad de plantarse en San Francisco con flores en el pelo: "Unos hijos de papá, nen, que se iban a Ibiza a golpe de talonario de su viejo. Los de la Barceloneta lo único que podíamos hacer para divertirnos era ir a la playa que teníamos al lado de casa a intercambiar pedradas con los gitanos". Que este héroe de la clase obrera forme parte de un partido tan burgués como Convergència i Unió puede sonar extraño, pero en el fondo es muy típico de esta ciudad, en la que hasta los comunistas son chicos de buena familia con mansiones en el Empordà o en la Cerdanya. Yo de él me iría a casa antes de que alguno de sus jefes tenga la brillante idea de ponerle a cantar un dúo convergente con Núria Feliu.

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