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"Dulcinea está jugando al fútbol"

"¿Dónde está Dulcinea?" "Está jugando al fútbol". Dulcinea juega al fútbol en todos los recreos porque le encanta. Tiene 11 años y es alumna del Colegio Público Jorge Guillén de Málaga. Como los restantes 44 compañeros de 6º de Primaria que participan en el montaje de El hombre de La Mancha, una versión musical de El Quijote, cuando no actúa es una niña normal. Pero cuando se sube a las tablas es una profesional de la escena, igual que Eduardo el Negro, que hace de Don Quijote, o que Juanito, capaz de poner un teatro boca abajo encarnando a Sancho, o que Lorena, que hace de moza y de una sola tacada, antes de un ensayo, cuenta que quiere ser actriz, música y poetisa y ayudar a la ONCE, que le ha enseñado a no quedarse "quieta porque tenga un tumor en el nervio óptico". Todos ellos y muchos compañeros más preparan entre clase y clase, desde hace cinco meses, la última producción del grupo de teatro escolar del colegio Jorge Guillén, uno de los raros grupos de teatro estable integrados por escolares que hay en Andalucía. No es casual que casi siempre monten musicales, ni que lo hagan en playback. Diego Rodríguez, maestro y alma quijotesca del espectáculo, lo explica sencillamente: "Escogemos musicales porque los niños aprenden a apreciar la música y lo hacemos en playback porque si cantasen no podríamos preparar un montaje de calidad en tan pocos meses". Otros años han puesto en escena Los miserables o Jesucristo superstar, pero ningún montaje ha calado tan hondo en los actores como El hombre de La Mancha. "Hablarles a los niños de ideales suena ahora a chiste, pero Don Quijote encarna los valores del amor, la amistad, la lucha por un mundo mejor, y estos niños, que ahora se están enamorando por primera vez, que ven realidades como la guerra en Kosovo, se han dado cuenta de que todavía hay quijotes cabalgando por ahí, que esa gente de las ONGs son quijotes modernos, y que esos valores no han muerto", explica Rodríguez. Quizá lo que ha prendido más entre la gente del grupo sea la solidaridad. El colegio Jorge Guillén es pionero en la integración de alumnos con discapacidades, y entre los actores hay una decena de ellos, pero son imposibles de distinguir porque dominan perfectamente las escenas y sus compañeros están pendientes de que todo les resulte fácil. También los padres se han entregado a la preparación del montaje. Han colaborado en la confección del vestuario y la escenografía, y el resultado es absolutamente profesional. Tanto, que el presidente del Ateneo de Málaga, Antonio Morales, no se lo pensó dos veces para ofrecerles una actuación. El viernes por la noche debutaron ante el gran público. Resultado: perfecto. El único problema fue el aforo limitado de la sala: 1.000 personas. El 18 de junio (22.00 horas) volverán a representar, pero esta vez en el patio del Colegio Público Valle Inclán, invitados por la Asociación de Vecinos de El Palo. Los planes siguen. Los siete profesores que llevan el grupo prepararán a otros maestros para poner en marcha iniciativas similares. Y están recibiendo cursos de maquillaje de profesionales. ¿Cómo lo consiguen? "Haciendo caso al Quijote", bromea Rodríguez, y señala unos versos de la obra escogidos por los niños, en los que Don Quijote explica a Dulcinea qué es un ideal: "Creer en un sueño imposible/ con fe una estrella alcanzar/ luchar por un mundo mejor/ perseguir lo mejor que hay en ti./ Soñar lo imposible, soñar". ¿Quién da más?

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