Las españolas con cargos directivos se infravaloran en su trabajo

Las ejecutivas españolas son más apreciadas en su trabajo que los hombres y, sin embargo, ellas se infravaloran. Así son las mujeres que ocupan puestos directivos en España -sólo un 8% de los cargos-, según un estudio realizado en 30 empresas por la consultora The Washington Quality Group (WQG).La diferente forma de trabajar de hombres y mujeres está todavía muy marcada en España por los juegos de infancia, explica Marta Williams, directora de WQG. "La niña está acostumbrada a que, si se equivoca una vez, pierde y debe empezar de nuevo. En la comba, si fallas, te vas. En cambio, a nadie se le ocurre que, si uno no mete un gol, el juego tenga que empezar otra vez". De ahí que las mujeres sean mucho más críticas con sus propios fallos, mientras que ellos se ven a sí mismos bastante mejor que la percepción que provocan en los demás.

Esta valoración del entorno laboral se ha obtenido preguntando al superior inmediato del directivo, sus colaboradores y sus colegas de mismo nivel sobre sus defectos y virtudes. Quienes más valoran a la mujer son su superior inmediato y sus colaboradores.

En todas las preguntas, las mujeres obtienen los datos más altos, salvo en dos. Se valora en ellas su honestidad y su conducta ética, su forma de mostrar respeto y dignidad en sus relaciones con otros, que procura que todos mantengan un equilibrio entre lo profesional y lo personal, su compromiso personal para lograr más rentabilidad. Pero el hombre gana a la hora de adaptar su forma de actuar para ajustarse a las necesidades de cada individuo y al hacer el seguimiento del grado de satisfacción del cliente.

La primera cuestión tiene que ver con lo que se llama "liderazgo situacional" y que trata del comportamiento de cada directivo con sus colaboradores. La segunda se relaciona con la satisfacción del cliente. "Es algo que tanto el hombre como la mujer hacen mal", apunta Williams, porque en muchas empresas "el jefe se convierte en cliente"; es decir, se trabaja para contentar a éste y se olvida al cliente.