Una muestra revela en Canarias las afinidades de los informalismos
La disparidad de registros geográficos, temporales y estilísticos que caracteriza al informalismo es mera apariencia. Entre los artistas que integraron el movimiento de finales de los años treinta y sesenta prevalecen las afinidades sobre las diferencias, tanto en la forma como en el estilo de sus obras. Así al menos lo pone de manifiesto Dore Ashton, prestigiosa investigadora neoyorquina y comisaria de la muestra Á rebours. La rebelión informalista, que acaba de abrir sus puertas -hasta el 13 de junio- en el Centro Atlántico de Arte Moderno (CAAM) de Las Palmas de Gran Canaria.
La revisión crítica de este periodo que realiza la exposición, coproducida por el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía -del 16 de julio al 11 de octubre-, descubre un hilo conductor común entre los 68 artistas procedentes de todo el mundo presentes en la muestra: Pollock y Gorky, desde Norteamérica; Yoshijara, en Japón; el cubano Wilfredo Lam, y, ya en Europa, Lucio Fontana, Fautrier y los creadores españoles Guerrero, Millares, Saura y Tàpies, entre otros. Y aunque la exposición recoge la producción artística de los pintores legendarios de "uno de los momentos más inquietantes, desprejuiciados y determinantes de la creación plástica", no olvida incorporar "aquellos artistas de relieve que, sin embargo, son desconocidos en los circuitos oficiales".
