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CARDIOLOGÍA

La angiogénesis terapéutica permite mejorar el flujo sanguíneo en un corazón dañado

Un equipo de científicos valencianos se prepara para realizar ensayos clínicos con enfermos que sufran problemas coronarios como la cardiopatía isquémica, a los que aplicarán la angiogénesis como terapia. Se trata de inyectar un factor de crecimiento vascular -vascular endothelial growth factor (VEGF)- en el tejido cardiaco para provocar la formación de nuevos vasos sanguíneos y mejorar el flujo sanguíneo en la zona afectada por la falta de riego. Esta técnica se ha probado en enfermos con problemas vasculares periféricos -fundamentalmente en las piernas- y ahora se pretende aplicar a las enfermedades coronarias en aquellos casos en los que no estén indicadas ninguna de las terapias convencionales: el by-pass o la angioplastia con balón.

En el proyecto están implicados Vicente Andrés García y Juan Luis Lequerica, del Instituto de Biomedicina del CSIC, que cuentan con la colaboración del jefe del servicio de cirugía cardiaca del Hospital General de Valencia, José A. Montero. El primero, biólogo de formación, ha trabajado los últimos años en la división de investigación cardiovascular del Saint Elisabeth Centre de Boston, donde tomó contacto con esta técnica tras colaborar en el departamento de cardiología del Children"s Hospital-Harvard Medical School. Lequerica y Montero trabajan en la actualidad en el cultivo de células humanas (mioblastos no diferenciados del músculo) para su implante en el miocardio y recuperar así el tejido cardiaco dañado tras un infarto.

Hasta el momento se han abierto dos líneas de investigación paralelas, en Alemania y Estados Unidos, que abogan, respectivamente, por introducir directamente el factor de crecimiento vascular VEGF en forma de proteína, o en forma de gen, para que éste produzca la proteína. En este caso se introduce en la zona afectada el gen del factor de crecimiento, que hace que las células endoteliales lo produzcan in situ. De esta manera se estimula la formación de nuevos vasos sanguíneos, con lo que se restituye la irrigación y se palia la isquemia o falta de oxígeno.

Tanto Montero como los dos investigadores del Instituto de Biomedicina se definen por la inyección del gen (terapia génica intramiocardial) y no descartan desarrollar nuevos plásmidos; es decir, buscar nuevos vehículos para introducir el gen en las células del miocardio. La angiogénesis terapéutica es una posible alternativa a los tratamientos convencionales, pero es perfectamente compatible con el by-pass coronario y con la angioplastia con balón, por lo que los expertos matizan que se puede concebir también como una terapia complementaria.

Cuando se produce una cardiopatía isquémica disminuye la perfusión coronaria frente a las demandas de oxígeno, el aporte de oxígeno disminuye y aparece la zona isquémica. Al inyectar el factor de crecimiento vascular en el tejido cardiaco próximo a la arteria ocluida se consigue una neovascularización en la zona que la había perdido y se generan múltiples by-passes que mejoran el flujo sanguíneo.

La angioplastia con balón, en cambio, consiste en dilatar la arteria coronaria mediante un catéter con un balón que se infla por aire. Con ello se consigue recuperar gran parte de la luz del vaso y el restablecimiento del flujo sanguíneo. En numerosos casos se inserta asimismo una malla metálica que impide la reobturación de la arteria.

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