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MATANZA EN DENVER

La venganza de "la Mafia de la gabardina"

Se hacían llamar la Mafia de la gabardina, eran muchachos que se creían rechazados por sus compañeros, adoraban el mundo gótico de las calaveras y los trajes negros, las películas y videojuegos de violencia, el universo nazi, el rock de Marilyn Manson y las armas de fuego. No eran una organización, sino una mera pandilla escolar de unos 10 integrantes: pero dos de ellos, Eric Harris, de 18 años, y Dylan Klebold, de 17, enloquecieron el martes y entraron en su instituto para una misión suicida que terminó con la vida de 13 condiscípulos y profesores, y con la de ellos mismos.

Eric y Dylan reían a carcajadas y gritaban mientras disparaban por los pasillos: "Ésta es nuestra venganza". Cansados de sentirse rechazados, su objetivo principal era eliminar al mayor número posible de miembros de otros grupos más populares, como los atletas de diversos equipos deportivos del colegio. "Que se levanten los deportistas, los vamos a matar a todos", dijeron los asesinos, según el estudiante Aaron Cohn, que estuvo retenido en la biblioteca del instituto, donde se encontraron 12 de los 15 cadáveres, incluyendo los cuerpos de Eric y Dylan.

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Amenazas

No fue la primera vez que estos jóvenes amenazaban a punta de pistola a sus compañeros. La estudiante Mindy Pollock describió cómo, el pasado año, uno de los atacantes había apuntado a un amigo y le había dicho: "Estoy harto de que se burlen de mí. Te voy a disparar, te voy a matar". El martes la escena se repitió, pero los agresores apretaron el gatillo. Eric y Dylan eran dos estudiantes brillantes, sus compañeros los describían como sabelotodo. Como tantos adolescentes, estaban llenos de inseguridades. La Mafia de la gabardina fue su refugio, el grupo que les aceptó.Los miembros de la pandilla idolatran la subcultura gótica que surgió en los años setenta y de la que participan los punk y el heavy metal. Visten de negro de pies a cabeza, usan pintalabios y esmalte de uñas negro, y llevan gabardina haga frío o calor. Cordones rojos y un parche con la bandera de la Confederación sudista son la única variación.

Pero la Mafia de la gabardina lleva la morbosidad de su subcultura al extremo de admirar el nazismo, el asesinato en masa y el suicidio. La pandilla hacía repetidas menciones a sus armas e incluso filmaron un vídeo para presentar su arsenal. Jenni Laplante, una estudiante de Columbine, dijo que a la pregunta de si eran neonazis, Eric y Dylan no dudaban: "Sí, heil Hitler!"

Además de odiar a los estudiantes populares por sus éxitos deportivos, Eric y Dylan detestaban a los hispanos y negros. "Ay Dios, ¡mira los sesos de este negro! ¡Qué guay!", gritó uno al dispararle en la cabeza a un afroamericano el día del 110 aniversario del nacimiento de Hitler.

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