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Crítica:CLÁSICA
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Un programa difícil y sin concesiones

Junto a sus ciclos de carácter extraordinario con los que se sufragan las becas anuales, Juventudes Musicales de Madrid mantiene otro frente: el de abrir cauce a la carrera de los jóvenes, bien en recitales, bien con formaciones orquestales como la denominada Andrés Segovia, obra de su concertino Víctor Ambroa. Al frente de esta formación se presentó el pasado miércoles el joven director Lorenzo Ramos con un programa difícil y sin concesiones.

Lorenzo Ramos es el nombre artístico que ha adoptado Lorenzo López Cobos, el hijo del conocido director zamorano (Toro, 1940), uno de los grandes nombres de la dirección contemporánea. Nacido en Viena en 1968, Lorenzo Ramos se formó en el inicio de su educación musical con el profesor Karl Osterreicher antes de trabajar en una serie de centros españoles.

Juventudes Musicales de Madrid

Orquesta de Cámara Andrés Segovia. Director: L. Ramos. Solista: J. J. Guillén, marimba. Obras de Montsalvatge, Casablancas, Miyoshi, Rosauro y R. Halffter. Auditorio Nacional. Madrid, 14 de abril.

Su primera actuación en público como director data de 1995, cuando actuó al frente de la Orquesta de Cámara de L"Empordá, y desde hace un año es director artístico y musical de la Escolanía del Monasterio de El Escorial.

Con la natural influencia del gesto y el estilo de su padre, Lorenzo Ramos acusa ya una personalidad definida y demuestra una capacidad analítica que le permite coronar con éxito un grupo de partituras tan diversas y complejas como infrecuentes. Era estreno mundial la pieza de Benet Casablancas (Sabadell, 1956), Cuatro apuntes, ejemplo de una sensibilidad refinada, un gusto por lo meditativo más que por lo contemplativo y un anhelo de exponer un mundo íntimo de bellezas sonoras.

Antes, las Tres danzas concertantes, escritas en 1960 por Xavier Montsalvatge -reciente medalla de oro de la Generalitat de Catalunya-, nos dijeron mucho sobre tres inclinaciones del compositor gerundense: lo francés, lo antillano y lo español.

Virtuosismo

El sobresaliente virtuosismo del percusionista Juanjo Guillén (Valencia, 1965), tan laureado aquí como en el extranjero, brilló con fascinación en dos conciertos para marimba y orquesta: los del brasileño N. Rosauro, también intérprete notable, y el del japonés Akiro Miyoshi (Tokio, 1933).

De fuerte implantación popularista el primero y acusada objetividad y gran imaginación sonora el segundo, ambos recibieron largos aplausos.

Para concluir, la música del ballet -"mojiganga"- de Rodolfo Halffter, sobre argumento de José Bergamín, Don Lindo de Almería, estrenado en París y Barcelona en la primavera de 1936.

La fusión nacionalista y neoclásica imperante por aquellos años adquiere en el precioso ballet acentos de viva y ácida modernidad.

La veintena de jóvenes profesores de cuerda siguió con presteza y flexibilidad las indicaciones y el pensamiento de Lorenzo Ramos, y todos, incluida la organización madrileña de Juventudes Musicales, se apuntaron un gran triunfo en este concierto abierto a lo español y a lo contemporáneo, un verdadero ejemplo a seguir en este campo.

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