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Románico con aluminosis

Los atolondrados constructores de los años sesenta tienen mucho que aprender de sus colegas de la época románica. La torre de Carlemany, que actúa como contrafuerte de la catedral, se ha mantenido en pie desde el siglo XI, pero los arquitectos le han detectado un talón de Aquiles: las vigas utilizadas en una reforma efectuada en los años sesenta tienen aluminosis. La cobertura de la torre está sustentada por unas viguetas que han empezado a perder su base de hormigón y muestran sus tripas de hierro oxidado. Los técnicos consideran que la actuación en esta zona es prioritaria y han incluido la reparación entre las reformas urgentes previstas para los próximos tres años. Durante todo este tiempo, la nave de la catedral se verá invadida por aparatos de precisión que intentarán establecer la gravedad de sus patologías. Otros aparatos medirán diariamente la humedad relativa y la temperatura ambiental para obtener gráficos y confeccionar mapas "climáticos" del templo.

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