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"Tenemos competencias no soñadas"

Pregunta. Antes tenía que pedir y ahora tiene que negociar con los que le piden. ¿Juega en campo contrario? Respuesta. No es campo contrario, porque la relación sigue siendo con las comunidades autónomas y haber sido consejero en un Gobierno autonómico y con competencias en Educación me permite comprender la relación entre la Administración central y las autonómicas. Esa posibilidad me la da el haber sido miembro de un Gobierno autonómico, haber tenido competencias y un presupuesto para ejercerlas y haber tenido que negociar con la Administración central. P. O sea, que se ha quedado con las claves de saber pedir para no tener que dar. R. Me he quedado con las claves para saber, cuando una comunidad propone una transferencia, cuáles son las necesidades, entender lo que propone, porque habla alguien que representa lo mismo que he sido yo durante dos años, miembro de un Gobierno autonómico. O sea, sé las claves, no para no dar sino para hacer mejor las transferencias. De hecho llevamos un ritmo fortísimo en este periodo, transferencias a Cantabria, a Aragón, a Murcia, a la Comunidad Valenciana... P. Qué nos queda? R. Quedan traspasos que completan un primer panorama de lo que es el máximo techo competencial de las comunidades del 151 y asimiladas. Quedan el ISM y la ejecución de legislaciones básicas como productos farmacéuticos, instalaciones radiactivas, mediadores de seguros, propiedad intelectual. P. Faltan cuestiones de calado político, como la reforma del Estatuto, en concreto para que el presidente de la Generalitat pueda disolver las Cortes. ¿Existe voluntad en el Gobierno para que eso sea una realidad? R. Es una cuestión que deben decidir los grupos de las Cortes Valencianas. En cualquier caso, recordemos que hay una modificación en casi todos los estatutos del 143 en los que hay una capacidad de disolución de las asambleas legislativas para casos en los que haya una situación postelectoral de ingobernabilidad. P. Pero eso no es disolver la Cámara cuando se quiera. ¿El Gobierno estaría de acuerdo con una reforma que concediera al presidente de la Generalitat la facultad de disolver las Cortes idéntica a la que tiene Jordi Pujol? R. Es una decisión que deben adoptar los grupos parlamentarios de las Cortes Valencianas que elaboran la propuesta. P. Pero, ¿usted es partidario? R. Yo soy partidario de que nos demos cuenta de que los valencianos tenemos una Administración autonómica con un potencial de financiación de gasto y de competencias no soñado hace 20 años. Estamos al máximo nivel de competencias, de capacidad normativa de los ingresos, de decisión sobre el gasto. Creo que es bueno que los valencianos nos demos cuenta de hasta dónde hemos llegado, y de que podemos continuar profundizando en nuestras competencias, pero sin estar todo el día pensando que no somos una comunidad al máximo nivel de competencias. En estos momentos la Comunidad Valenciana está al máximo nivel, somos de las comunidades de cabecera. Hace 20 años, muchas competencias que tenemos ahora ni soñábamos con conseguirlas. P. El candidato socialista a la presidencia de la Generalitat propuso en las primarias la disolución de las diputaciones. ¿Son instituciones que sobran o que deberían ser modificadas? R. Una vez que las comunidades autónomas tienen competencias, capacidad de gasto, de inversión y tienen relación directa con los municipios, las diputaciones cumplen un papel fundamental de lo que se ha venido a llamar ayuntamiento de ayuntamientos. No es el caso de capitales de provincia ni de ciudades grandes, pero hay muchos pequeños ayuntamientos que necesitan una Administración que comprenda sus problemas y les preste unos servicios que difícilmente puedes prestar si no comprendes bien cuál es la necesidad del poder local. Como Administración intermedia, de relación con los ayuntamientos pequeños y medianos, la Diputación puede cumplir una función muy importante. P. ¿Con usted en el puesto que ocupa hay posibilidades de que el área metropolitana de Valencia obtenga las ventajas que tienen las de Madrid y Barcelona? R. Esa es una de las cuestiones que se estudian; Valencia no es sólo la ciudad, tiene el área metropolitana, una conurbación en la que viven 1,3 millones de habitantes que tienen relación directa con la ciudad y posiblemente esa sea una de las asignaturas que quedan por clarificar. En ese empeño están la alcaldesa de Valencia, el presidente de la Generalitat y el secretario de Estado de Administraciones Territoriales. P. Cuando se fue a la secretaría de Estado se dijo de usted que cambió la camisa autonomista por la centralista. R. Soy valenciano y formo parte de un proyecto político que se llama Partido Popular. He intentado actuar toda mi vida como político valenciano, y eso se puede hacer desde un cargo orgánico del partido, un cargo institucional a nivel nacional o un cargo institucional autonómico o local. Además esta secretaría de Estado es la que tiene relaciones con las comunidades autónomas, o sea que no voy a un campo de juego que no tenga relación con mi comunidad, al revés, me voy a uno que tiene una estrechísima relación con mi comunidad. P. ¿En qué se nota el poder valenciano en Madrid? R. Se nota en muchísimas cosas, no sólo en los cargos públicos que tiene el PP de la Comunidad Valenciana en la Administración central, sino en el peso que tienen el Gobierno valenciano y el presidente Zaplana en la Administración central y el partido del Gobierno. El que cuando el presidente Zaplana va a Madrid a hablar con los ministros es noticia, que cuando presenta un libro o da una conferencia, es noticia, y en definitiva, en que lo valenciano es noticia a nivel nacional. Ese peso, esa presencia, se va consolidando con el paso del tiempo y con el esfuerzo que se ha hecho para que eso sea así. Pero se está consiguiendo y al final los réditos están volviendo a los que pensábamos que la mejor forma de actuar políticamente en valencianía no era mediante proyectos estrictamente locales sino en un proyecto nacional como el PP pero teniendo en ese proyecto mucho peso, muchas ideas, aportando mucho elemento de debate y reclamando todo aquello que se cree necesario. P. ¿Tiene el billete de vuelta, o sólo compró el de ida? R. Aquí tengo, entre otras cosas, a mi familia y esta es mi tierra, o sea que el billete de vuelta, lógicamente, está comprado.

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