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Menos niños nacionales por la baja natalidad y la mejora de las condiciones sociales

"Únicamente se puede adoptar en tres supuestos: que el menor sea de filiación desconocida, que los padres renuncien a su patria potestad o que sea el juez quien se la retire. En cualquiera de estos supuestos cada vez se producen menos casos. Socialmente no existe ya un rechazo a las madres solteras, por lo que se abandonan menos niños. También ahora los jueces se resisten a retirar a los padres la patria potestad. Lo principal es recomponer la familia", apunta la diputada vizcaína Inmaculada Loroño, para quien la baja natalidad es otro de los factores clave. Que haya menos casos de adopción nacional no quiere decir que no existan. Aunque la espera es larga: más de siete años. "Estamos dando respuesta a solicitudes de 1991", comenta Loroño. Desde esa fecha su departamento acumula unas 450 peticiones. En 1998, 42 menores nacionales fueron adoptados en Vizcaya. La diputación de Guipúzcoa realizó en 1998 seis adopciones nacionales, y en 1997, ocho. Amaia Arrien vive en Munguia y es una de las fundadoras de Ume Alaia. Tiene una niña de 10 años que adoptó en Vizcaya después de un año de acogimiento familiar. "No fue una necesidad", explica Amaia, "porque nosotros ya teníamos un hijo biológico". Amaia lo que quería era "dar a otros niños las mismas oportunidades" que ella tuvo. Y es que Amaia fue adoptada en su niñez. Por esto es la coordinadora de otra asociación, Gure Egia, que nació a raíz del programa de televisión Quién sabe dónde y que defiende "el derecho a saber" de quienes fueron adoptados.

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