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CUENTA ATRÁS EN KOSOVO

Milosevic aprovecha la salida de la OSCE de Kosovo para desencadenar una gran ofensiva

ENVIADO ESPECIALEl presidente de Yugoslavia, Slobodan Milosevic, de 57 años, parece empeñado en jugar hasta el último minuto una partida de póquer con la OTAN y ganarla, aunque sea de farol. Analistas y políticos coinciden en que Milosevic trata de aprovechar cualquier resquicio en las posiciones de Occidente para sacar ventaja y consolidar su poder en medio de la crisis, y se supone que está dispuesto a asumir incluso los bombardeos de la OTAN antes que admitir la presencia de sus tropas en Kosovo.

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En Belgrado se espera una semana llena de tensión y de últimos intentos de mover a Milosevic a aceptar el acuerdo de paz para Kosovo. Para hoy está prevista la llegada del negociador norteamericano Richard Holbrooke, en lo que podría significar un último intento de convencer al presidente yugoslavo. "Holbrooke insistirá ante Milosevic en que los ataques aéreos de la OTAN están preparados", señaló ayer la secretaria de Estado de EEUU, Madeleine Albright. A su vez el presidente de EEUU, Bill Clinton, y el primer ministro británico, Tony Blair, aseguraron ayer que la situación es "cada vez más grave" y se mostraron "muy preocupados" por lo que pueda ocurrir sobre el terreno.En un abierto desafío a la comunidad occidental, las fuerzas serbias han aprovechado en Kosovo la salida de los observadores de la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE) para desencadenar una ofensiva contra los guerrilleros del Ejército de Liberación de Kosovo (ELK), sin reparar en daños y víctimas de la población civil.

La guerra sigue en Kosovo, con mayor dureza aún, tras la marcha de los verificadores de la OSCE. Miles de civiles kosovares abandonan sus casas, en medio de la nieve, para huir de las fuerzas serbias. Policías y militares serbios aplican con consecuencia el principio de tierra calcinada e incendian casas en las aldeas abandonadas por los kosovares. La ofensiva parece dirigida hacia el corazón de la región de Drenica, a sólo 30 kilómetros al noroeste de Pristina, un bastión del ELK. La pequeña ciudad de Srbica, donde vivían algo más de 10.000 kosovares, estaba ayer abandonada por sus habitantes y en poder de los serbios. A pocos kilómetros de allí ardía el pueblo de Donje Prekaz. El ELK tampoco cesa en su acoso a las fuerzas serbias, con una táctica de provocación para obligar a la OTAN a intervenir. La carretera principal que une Pristina con Belgrado ha quedado cortada, como consecuencia, afirman los policías serbios, de la actividad de los francotiradores albaneses.

Un análisis del VIP Daily News Report, publicación de prestigio de Belgrado, citaba fuentes gubernamentales que aseguran que Milosevic lleva adelante su juego para evitar la presencia militar extranjera en Kosovo. Analistas de Belgrado consideran que Milosevic trata de crear una atmósfera de "nerviosismo, tensión y miedo" para conseguir beneficios políticos personales y mantenerse en el poder. Según el informe, "Milosevic espera ahora una última oferta, pero antes quiere crear una atmósfera de tensión total en Yugoslavia y Occidente para conseguir mejores condiciones".

Los servicios secretos militares y de la policía parece que especulan con que la OTAN no puede celebrar su 50 aniversario involucrada en una guerra en Yugoslavia. Cualquier motivo, aunque parezca traído por los pelos, parece bueno para el juego de farol de Milosevic: el cincuentenario de la OTAN, la cumbre de la Unión Europea de Berlín o el viaje a Washington esta semana del primer ministro ruso Yevgueni Primakov. Todo esto se considera motivo suficiente para aplazar el bombardeo y, mientras tanto, las fuerzas armadas serbias tratan de consolidar posiciones en Kosovo. Los analistas de VIP consideran que el Ejército yugoslavo sufriría contra la OTAN una derrota como en Croacia y Bosnia, porque "no puede ser eficiente en un país casi arruinado por un régimen corrupto y una población sumida en la pobreza total". No obstante, no faltan las interpretaciones que suponen que, precisamente en esa situación de crisis y ataque exterior, ayuda a Milosevic a asegurarse la supervivencia.

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Milo Djukanovic, el presidente de Montenegro, enemigo de Milosevic, declaró a la revista Krug: "Creo que las amenazas de la OTAN van muy en serio. Hasta ahora, Milosevic, con esa manera de ablandar siempre sus posiciones en el último momento, tuvo la suerte de evitar los bombardeos, pero esta vez ha ido demasiado lejos. Hoy las amenazas de la OTAN son más serias que nunca".

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