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El presidente del tribunal superior catalán cree "impecable" la sentencia de las 70 puñaladas

El Gobierno, varias asociaciones y juristas critican que no se apreciara el ensañamiento

El presidente del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC), Guillem Vidal, calificó ayer de "jurídicamente impecable" la sentencia dictada por ese órgano judicial en la que se considera que no existió ensañamiento en el caso de un hombre que asestó 70 puñaladas a una mujer en diversas partes del cuerpo hasta causarle la muerte. Por el contrario, la resolución fue duramente criticada por diversas asociaciones de mujeres e incluso el ministro de Trabajo y Asuntos Sociales, Manuel Pimentel, terció para calificar la decisión judicial de "broma macabra".

Guillem Vidal, que no formó parte del tribunal que dictó la sentencia por la que se rebajaba de 15 a 12 años la pena impuesta a Ezequiel Recio Blanco al no apreciar la circunstancia de ensañamiento, defendió ayer la argumentación jurídica de la sentencia, pese a que admitió que ese criterio no coincide con la opinión mayoritaria de la sociedad al analizar un crimen en el que el homicida clavó 70 veces el cuchillo a su víctima.En este sentido, Vidal rechazó algunas críticas oídas ayer y apostilló: "Yo he leído dos veces la sentencia antes de hablar, cosa que no sé si puede decirse de todos los que opinan".

Del mismo modo, el magistrado Antonio Bruguera, ponente de la sentencia, diferenció ayer en declaraciones a la cadena SER entre el sentido popular, que considera que 70 puñaladas es un ensañamiento, y el sentido jurídico de esta circunstancia que recoge el Código Penal.

Basándose en ese criterio, el TSJC revocó la sentencia de la Audiencia de Barcelona dictada por el procedimiento del jurado al considerar que no existió "voluntad de hacer sufrir a la víctima" y que las 70 puñaladas "no son más que la exteriorización del propósito homicida ejecutado de forma violenta e incontenida".

"Neutralidad aséptica"

Sin embargo, la presidenta de la Federación de Mujeres Separadas y Divorciadas, Ana María Pérez del Campo, aseguró ayer que estas sentencias en las que se entra en "ditirambos filosófico-jurídicos" para rebajar las penas, lo único que hacen "es reforzar la conducta del violento; no sé si los jueces son conscientes de esto, pero esta especie de neutralidad aséptica da la impresión de complicidad con el violento".En términos parecidos se expresó también ayer Ana María Fernández-Llamazares, presidenta de la Asociación Catalana de Mujeres de Carreras Jurídicas, quien calificó la sentencia del TSJC de "inaudita y digna de ser llevada al Tribunal Constitucional". También el vicedecano del Colegio de Abogados de Barcelona, Joan Maria Xiol, rechazó el argumento jurídico de que no podía aplicarse el agravante de ensañamiento en este caso.

Más contundente se mostró el ministro de Trabajo y Asuntos Sociales, Manuel Pimentel, quien calificó de "broma macabra" la rebaja de la pena. "Es tan asombroso y tremendo que quiero creer que habría un error por algún lado", aseguró Pimentel.

Por su parte, la secretaria general de Asuntos Sociales, Amalia Gómez, también mostró su "total discrepancia" con este tipo de sentencias por entender que "hacen un flaco favor a esta tarea tan importante en la que estamos todos", en alusión a la política que impulsa su ministerio.

Igualmente, la secretaria de Participación de la Mujer del PSOE, Micaela Navarro, calificó la sentencia de "burla a toda la sociedad" y añadió que demuestra una vez más que en la conciencia del colectivo judicial permanecen inalterables "actitudes retrógradas y machistas".

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