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Acusado de homicidio un grupo de socorro que falló en un naufragio

El juez instructor del sumario abierto por el naufragio y la muerte de dos marineros del pesquero Rey Álvarez II, ocurrido el 30 de agosto de 1997, imputa un delito de homicidio imprudente a los cinco tripulantes del helicóptero de salvamento marítimo Helimer Galicia que participaron en el rescate. Durante la operación de rescate, cayeron al mar los marineros fallecidos al cortarse el cable que los izaba a bordo del helicóptero.El juez imputa el mismo delito a los dos armadores del barco, así como otros de falsedad en documento público y estafa, a ellos y a dos inspectores de la Capitanía Marítima de A Coruña, por simular una inspección del barco que nunca existió. La asociación española de titulados náuticos pesqueros se ha felicitado por la decisión judicial pues afirma que la situación en la que se vio el barco naufragado es general.

El Rey Álvarez II navegaba de Luarca (Asturias) a Muxía (A Coruña). A 48 millas de A Coruña, según el juez instructor, un golpe de mar amenazó con hundir el barco, desde el que se lanzó un SOS que fue recogido por el Centro de Salvamento de Fisterra, que a su vez avisó al comandante del Helimer Galicia, helicóptero de la empresa Helicsa, que presta servicio en concesión administrativa a la Sociedad Estatal de Salvamento. Este helicóptero despegó del aeropuerto de Alvedro, en A Coruña, con tres tripulantes y dos rescatadores. Llegaron a la posición del naufragio más tarde de lo normal al confundir el Rey Álvarez II con otro barco no identificado.

En el pesquero navegaban ocho marineros, que ocupaban una balsa cuando se inició el rescate. Los náufragos no vestían chalecos salvavidas o éstos no eran los reglamentarios. Después de hacer dos izadas, rescatando a cuatro marineros, el cable que izaba a otros dos, Francisco Lires Vilela y Salvador Toba Vilela, se trabó en la grúa, luego se cortó y los dos marineros se precipitaron al mar, donde se ahogaron. El Helimer tuvo que regresar inmediatamente a tierra por faltarle combustible. El informe de la Guardia Civil atribuye el fallo de la grúa a un deficiente mantenimiento del sistema que la hacía funcionar.

Inspección falseada

La investigación de la instrucción ha descubierto que el Rey Álvarez II, construido en 1975, navegó durante 20 años sin seguro, que concertó por primera vez en 1995, cuando ya el barco presentaba un lamentable estado. No obstante, fue certificada su inspección por el servicio correspondiente de la Capitanía Marítima de A Coruña, por lo que se imputan sendos delitos de falsedad en documento público al jefe y a un inspector de dicho servicio, de los que habrían sido cómplices los dos armadores y el titular del varadero que gestionó la obtención de los certificados y el pago de tasas correspondientes.Los cinco son acusados a su vez de estafa porque, según el juez, los certificados que tramitaron después del hundimiento tenían como fin el cobro de 50 millones de pesetas del seguro.

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