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Tres jefes de la Guardia Civil volverán a ingresar en prisión por el 'caso Ucifa'

La Sala Segunda del Tribunal Supremo notificará hoy la sentencia dictada en el caso Ucifa, relativo al pago con droga a confidentes por parte de los mandos de la Unidad Antidroga de la Guardia Civil. Según fuentes del Supremo, la sentencia impondrá penas de ocho años de prisión al hoy coronel Francisco Quintero, al comandante José Ramón Pindado y al teniente Gonzalo Méndez. A los dos últimos, el Supremo les absuelve de un delito continuado de falsedad, que les reduce en un año la condena inicial.

El coronel Quintero, actualmente en la reserva; el comandante Pindado, destinado en Transmisiones; y el teniente Gonzalo Méndez, destinado en la unidad de seguridad de la Dirección General de la Guardia Civil, tendrán que ingresar en prisión en los próximos días, ya que se hallan en libertad provisional desde que en octubre de 1997 se dictó la sentencia de la Audiencia Nacional. Los tres serán expulsados de la Guardia Civil, al superar sus condenas los tres años de prisión.La Audiencia Nacional condenó a quince acusados, entre confidentes y guardias civiles, a un total de 88 años de prisión y declaró que los guardias civiles de la Unidad Antidroga integraron una "organización de narcotraficantes".

Los mandos de la Ucifa fueron denunciados por subordinados a los que sorprendieron vendiendo droga. Los agentes acusados denunciaron que sus superiores pagaban con droga a confidentes y, desde su posición de arrepentidos, se beneficiaron de leves condenas de dos años y cuatro meses de cárcel.

La Audiencia Nacional declaró que la Ucifa no tenía la finalidad de difundir drogas entre terceros sino, más bien, conseguir envíos de cocaína de Suramérica a España para aprehenderlos sin dificultad. Lo que se perseguía, en definitiva, por los mandos de la Unidad Antidroga, era obtener "ilusorios méritos sin más aditamento", según la Audiencia. La sentencia atribuyó a los guardias Vicente Domínguez Serrano y Doroteo Gómez Porras la sustracción, por su cuenta y riesgo, de dos kilos de cocaína, en combinación con dos narcotraficantes.

"Arrepentidos"

Al ser denunciados, los dos agentes revelaron el entramado organizativo de la Ucifa y desde su nueva posición de arrepentidos consiguieron, a cambio de delatar a sus jefes, que la Fiscalía Antidroga redujese la petición inicial de 15 años de condena a la de dos años de prisión, pena que finalmente les fue impuesta.Otros dos agentes, Félix Molina y Antonio López, fueron condenados a penas menores de un año de prisión Los mandos de la Ucifa ordenaban a los agentes encubiertos detraer una parte de los alijos decomisados, generalmente un kilo de cocaína, con el que luego pagaban los servicios de los confidentes.

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La sentencia de la Audiencia Nacional situó en "el escalón más alto" de la organización al comandante Pindado y dijo que éste continuó la práctica iniciada por Quintero de premiar con sustancias estupefacientes a los colaboradores. El teniente Gonzalo Méndez era el hombre de confianza de Pindado.

El tribunal consideró a otros cuatro procesados como "simples receptores de la sustancia estupefaciente" y "sin asignación de tarea alguna por parte de los integrantes del grupo". Estos condenados son Juan José Garrote y Juan Miguel Rada, sentenciados a 10 años de cárcel cada uno, y Juan Pallol y Ricardo Fernández Barbudo, con tres años de pena. Otros dos confidentes, José Luis Recuero del Pino y José Manuel García Gutiérrez, conocidos como los hermanos Dalton, fueron condenados a 9 y 10 años de prisión, respectivamente.

El confidente Luis Ezquerecocha fue sentenciado a 10 años y el arrepentido Ramón del Temple Llopis, a dos años, cuatro meses y un día. Otros tres oficiales de la Guardia Civil resultaron absueltos.

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