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Aznar elude hablar de la crisis de Gobierno en uno de los Consejos más breves de su mandato

Luis R. Aizpeolea

José María Aznar eludió ayer en el Consejo de Ministros, uno de los más cortos de su mandato, cualquier referencia a una posible remodelación de su Gabinete. Ni dentro ni fuera de la sesión Aznar se refirió a la crisis,ni tampoco le preguntó por ella ninguno de sus ministros. El portavoz, Josep Piqué, así lo admitió en la rueda de prensa posterior. Piqué estuvo incómodo en su reunión con los periodistas al no poder confirmar el reajuste ni tampoco desmentirlo después de que Aznar haya estimulado, en dos ocasiones, los rumores y haya convencido, con ello, a algunos ministros de su inevitabilidad.

El Consejo de ayer fue atípico. Uno de los más cortos, si no el que más, de la legislatura. Duró hora y media: empezó a las 9,30 y terminó a las 11. Sobre él aleteó la sensación de crisis. Tanto, que al final eran varios los ministros que salían de La Moncloa convencidos de que el presidente hará cambios antes del congreso del PP. La víspera, y por segunda vez en la misma semana, Aznar había insinuado en una convención del PP en L" Hospitalet (Barcelona), que habrá una remodelación. "Sé que tengo que tomar una decisión y la tomaré", dijo sin que nadie le hubiera preguntado por ello y sólo 48 horas después de expresar en rueda de prensa la frase que desataría los primeros rumores: "A día de hoy, el Gobierno no va a cambiar, y a día de mañana tampoco". Ayer tenía la oportunidad de aclarar el alcance de ambas afirmaciones, pero prefirió que los ministros se quedasen con las ganas. Los miembros del Gabinete, que habían acudido a la cita expectantes, salieron defraudados. En la breve sesión, Aznar no les dijo ni una palabra sobre las expectativas de crisis que él mismo ha alimentado. Tampoco lo hizo después. Suele ser habitual que, tras la reunión del Consejo, el presidente y sus ministros tomen un vino antes de abandonar el Palacio de la Moncloa. Ayer no hubo ni eso porque la sesión, además de rutinaria, fue especialmente breve. El presidente se fue sin decir nada y sin dar pie siquiera a que ningún ministro le preguntara por el reajuste que prepara antes del congreso del PP, previsto para los días 29, 30 y 31 de este mes. El temor de los ministros a incomodar a su presidente parece evidente. Todo se limitó, por tanto, a un cruce de bromas entre los ministros sobre su permanencia o abandono del Gobierno; eso sí, fuera de la presencia de Aznar. Al final, la sensación generalizada entre ellos era, tras las alusiones de Aznar de estos días y su silencio de ayer, de que la crisis de Gobierno es inevitable y próxima, previsiblemente la semana entrante. El portavoz, Josep Piqué, acudió a la rueda de prensa con estos mimbres. Inevitablemente, se encontró incómodo y pasó apuros para responder a la avalancha de preguntas sobre una posible remodelación de la que lo ignoraba todo. Admitió que Aznar no se había referido a ella en la reunión del Consejo. Ni siquiera al significado de sus confusas palabras, la víspera, en L"Hospitalet, que dieron pie a interpretaciones dispares: para unos, con el anuncio de que tomará decisiones, se refería claramente al Gobierno; para otros, sólamente a la dirección del PP, en la que está previsto que Francisco Álvarez Cascos deje la secretaría general. Piqué echó balones fuera al responder ambiguamente que el XIII Congreso del PP "es distinto" a la acción de Gobierno "desde el punto de vista institucional". También tuvo que afrontar la pregunta de si, en realidad, el jefe del Ejecutivo no estaría alimentando la crisis intencionadamente con frases equívocas para después dejarla congelar, y si esta actitud presidencial no acabaría por afectar a la estabilidad gubernamental, de la que tanto ha alardeado Aznar en toda la legislatura. Piqué, muy incómodo, respondió que él no ve peligrar esa estabilidad. Finalmente, como no podía responsabilizar a Aznar de suscitar los rumores sobre cambios inminentes en el Gobierno, recurrió a la fórmula de atribuírselos a la prensa. "Se puede generar un cierto clima, alimentado por los medios de comunicación", dijo, y pidió, a renglón seguido, que "no se saquen las cosas de quicio".Cita con Borrell en febrero

El ministro anunció que el miércoles se entrevistarán en La Moncloa Aznar y el lehendakari Juan José Ibarretxe, y que el presidente del Ejecutivo recibirá en febrero, tras la probable remodelación del Gabinete y el congreso del PP, al socialista José Borrell y al presidente catalán, Jordi Pujol. Piqué comparecerá el martes en la Comisión de Industria del Congreso para responder a las denuncias de "amiguismo" en su política de subvenciones industriales. "No estoy preocupado. Es un honor la atención que me otorga el PSOE", comentó con ironía.

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