Colegio Astronauta Pedro Duque

La niña de rojo se levantó en medio del aula abarrotada, se aclaró la voz y lanzó la propuesta: -Estamos todos de acuerdo en cambiar el nombre a este colegio y llamarlo Astronauta Pedro Duque. ¿Qué le parece a usted, señora ministra? ¿Y a ti, Pedro?

La pregunta, desde luego, no tenía nada de improvisada. Los alumnos del colegio público Miguel Blasco Vilatela -todavía se llama así, en recuerdo de un maestro falangista muerto en la guerra-, niños de entre 3 y 12 años de los barrios de Ciudad Lineal, San Blas y Canillejas, llevaban muchos días discutiendo las cuestiones que le plantearían al más admirado de sus antiguos alumnos, el primer astronauta español, Pedro Duque. Los ponentes fueron elegidos por sorteo. Una de las niñas afortunadas, Raquel Laza, de nueve años, se había levantado ayer a las siete de la mañana para ensayar su papel. Todos se habían puesto sus mejores galas, aunque a media mañana ya no lo parecía.

-Pues me parece una idea espléndida -respondió sin perder un instante la ministra de Educación y Cultura, Esperanza Aguirre-. Pedro ha estudiado aquí y es una de las personas más preparadas del mundo.

-¿Y a ti qué te parece, Pedro? -insistieron los niños.

-Pues a mí qué me va a parecer -respondió el astronauta-. Un honor. Un honor muy grande.

Duque reservó ayer la mejor parte de su atestada agenda, dos de cuyas citas eran el presidente del Congreso, Federico Trillo, y el alcalde de Madrid, José María Álvarez del Manzano, para saludar a los niños de su antiguo colegio de Ciudad Lineal.

-Oye, chaval, ¿quién es ése que ha venido?

-¿Que no lo conoces? ¡Es Pedro Duque!

-¿Y qué hace?

-Hace el astronauta. O sea, de esos que van a los planetas en un cohete. -¿Y a qué planetas ha ido?

-Al planeta Tierra.

-¿Y quién es la señora que va con él?

-Pues eso no sé.

La señora era Esperanza Aguirre, que supo mantenerse en un discreto segundo plano durante la hora y media que duró la visita. Los niños vitorearon a Pedro e hicieron corros para saludarle. Luego le encerraron en un aula, le sentaron junto a la ministra y le sometieron al tercer grado.

Lo que sigue es probablemente la mejor entrevista que se ha publicado con Pedro Duque. Sus autores son una decena de niños del colegio público, que preguntaban en representación de sus compañeros de clase. Seguro que el astronauta no se ha visto en una igual en toda su carrera.

-¿Qué te dijeron tus padres cuando les dijiste que querías ser astronauta? [Los padres estaban también en el estrado, junto a Pedro, la ministra y el director del colegio].

-Ya sabes que cuando le dices a tu madre que quieres ser cualquier cosa peligrosa, como torero, alpinista o astronauta, pues te dice que no, claro. Pero luego la vas convenciendo. Si lo haces bien, el peligro no es tanto como parece.

-¿Cómo se ve desde el espacio el agujero de la capa de ozono?

-Huy, bueno, la verdad es que eso no se ve, porque todos esos gases son transparentes. Lo que sí se nota desde allí es que la atmósfera es muy finita, y que hay que tener mucho cuidado para no estropearla.

-Gracias.

-De nada.

-¿Crees que hay otro Pedro Duque en algún planeta por ahí y que algún día te lo encontrarás en un viaje?

-Vaya, pues, hombre, espero que no, porque sería un aburrimiento que todos fuéramos iguales en toda la galaxia. Las personas de otros planetas deberían ser verdes, o con tres piernas, qué se yo.

-¿Has visto algún asteroide?

-Yo no, pero dos de mis compañeros del Discovery sí que han visto un meteorito en otros viajes. Los meteoritos son lo que, desde aquí abajo, se llaman estrellas fugaces, ¿sabéis lo que son?

-¡¡¡Sííííííí!!!

-Pues ellos han visto un meteorito mirando para abajo, y no mirando para arriba, como tenemos que hacer en la Tierra.

-¿Qué recuerdas más del colegio?

-El recreo. [Gran ovación]

-¿Cómo bebes en el espacio?

-Con una bolsa que lleva un tubito. No se puede usar un vaso, por que el agua saldría flotando y formaría una bola. La verdad es que algunas veces jugábamos en el Discovery con esas bolas de agua. Pero no se lo digáis a nadie.