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BRAULIO MEDELPRESIDENTE DE UNICAJA

"El siglo XXI tiene mejores expectativas que todo el XX"

P. Andalucía ha vuelto a superar los datos macroeconómicos del país y de la UE. Sin embargo, el paro sigue siendo un lastre. R. Ésa es una lectura pesimista. Parafraseando a Churchill, creo que Andalucía está viviendo el gozne de su destino económico. Creo que el siglo XXI ofrece unas perspectivas como no se le habían ofrecido a lo largo de todo el siglo XX. Estamos yendo a un modelo económico distinto. Hoy lo importante no es la materia, es el servicio, la información y las ideas. En eso Andalucía está dando pasos muy positivos. Además, se viene generando empleo a un ritmo muy sostenido. ¿Qué ha pasado? Que tenía una cantidad de población que no demandaba trabajo: las mujeres, los desanimados, los emigrantes. La población activa ha crecido, y eso es positivo. Si la población activa en los últimos 20 años hubiera crecido aquí al mismo ritmo que en España, nuestro paro sería menor. P. ¿Cómo contemplan, en el Foro Andalucía, Siglo XXI, del que usted forma parte, el futuro de las cajas? R. A través de la consolidación de entidades en instituciones de vocación regional lo más poderosas posibles. Y para lo que requiera una mayor dimensión a través de alianzas estratégicas. No va a ser ningún problema. Lo que se plantea con la defensa de una mayor concentración a escala andaluza, no es sólo una cuestión de mayor eficacia, es también una cuestión de poder hacer cosas de mayor envergadura en el futuro. P. Hay un cierto clima de enfrentamiento y de agravios entre algunas provincias andaluzas, que incluso cuestionan el papel de la autonomía. R. La autonomía ha sido positiva para la economía andaluza. Los datos son concluyentes: las cuatro provincias orientales tienen una tasa de paro menor que cualquiera de las occidentales, y la evolución de la renta por habitante ha sido más positiva desde la configuración de la autonomía en las provincias orientales. Ante los tópicos conviene enfrentar los datos, e impedir que se configuren sentimientos que no responden a la realidad.Que exista de una vez por todas una Caja de Ahorros "poderosa" en Andalucía es algo más que una demanda de Braulio Medel, quien sostiene que la nueva ley de Cajas otorgará "un marco estable" para que se retomen los procesos de fusión en la comunidad. Lograr una mayor libertad de empresa y aprovechar las oportunidades que dará el siglo XXI, son su apuesta de futuro.

"Es hora de tener una Caja poderosa"

Pregunta. ¿Comparte la idea lanzada por el presidente Manuel Chaves de que en 10 años deben quedar sólo dos Cajas en Andalucía? Respuesta. Creo que es hora cumplida de que Andalucía tenga una entidad financiera lo más poderosa posible. A partir de ahí, que sea una o dos a mí me parece lo menos importante, o que sea en un plazo determinado tampoco creo que sea un tema crucial. Sí creo que cuanto antes mejor. P. Hace dos años usted ya habló de nuevas fusiones pero el presidente de la Junta dijo entonces que lo importante era que se consolidaran las que hubo. ¿Está cerrado ya ese proceso? R. Rotundamente sí. Es más, un proceso de fusión que no esté consolidado en un plazo de tres o como mucho cuatro años, es un proceso mal hecho. Los procesos de las cajas andaluzas se iniciaron a principios de los noventa y la realidad es que están absolutamente consolidados. Si nos referimos al proceso más ambicioso, que es el de Unicaja, lo dimos por cerrado a finales de 1994. P. La Ley no contempla fusiones con entidades de fuera de Andalucía. ¿Es eso positivo? R. No creo que lo prohiba. P. No lo contempla al menos. R. Es que no tiene por qué. Suficiente tenemos con pedirle a la ley de Cajas que defina un buen marco para que las cajas desarrollen una buena gestión y estrategia. Pero una buena gestión y una buena estrategia nunca nos la va a dar una ley. Sí nos va a dar un marco estable, institucionalmente, un marco que profundiza en el concepto de empresa de las cajas como instituciones plenamente empresariales, y que amplía el campo en el cual las cajas pueden hacer definiciones estratégicas de futuro como es el proyecto de la llamada Caja de Cajas. Pero contestando al tema de las fusiones, mi opinión es que lo primero que hay que agotar son los procesos de concentración e integración entre cajas andaluzas porque se suponen que están al servicio concreto de Andalucía. P. El PP ha calificado la ley de "intervencionista". R. No tengo yo esa sensación. Creo que el planteamiento de las distintas fuerzas políticas ofrece un altísimo grado de coincidencia. Yo creo que lo que destaca es la excepción y no la regla. Al final, cuando vemos los pronunciamiento de los grupos políticos que no están en el Gobierno, lo que aparece es un par de cosas y no más, en las que de momento se plantea alguna posibilidad de profundizar para un acuerdo. Es algo de lo que debemos felicitarnos. Sobre el intervencionismo, yo creo que no. Se pueden hacer todos los juicios de intención que se quiera. Si nos vamos al texto es sin duda mucho menos intervencionista de lo que es la regulación actual de las cajas. P. Usted ha calificado la Caja de Cajas como una de las grandes aportaciones de la ley. ¿Puede ser un medio para el macroproceso de fusión?. R. Yo creo que no, pero habría que decir qué se quiere con este instrumento. Hay dos lecturas: una limitada, que yo no comparto, que es la que lo define como un instrumento para poner en común una serie inversiones de las cajas. Si ese fuera su único objetivo, para ese viaje no hacen falta alforjas. Creo que como entidad financiera común puede cumplir muchas actividades como inversiones comunes, banca al por mayor, reducción de costes, racionalización de redes, red de cajas andaluzas fuera de Andalucía, e incluso en el extranjero, centros informáticos comunes... Eso es una alternativa a las fusiones, y lo sería siempre y cuando no hubiera más que una caja en Andalucía. Si son dos las que quedan, esta Caja de Cajas tendría el mismo sentido que con las actuales. P. ¿Han presentado alguna modificación para mejorar la ley en el trámite parlamentario? R. Lo que hemos tenido que decir lo hemos dicho con anterioridad y muchos de esos planteamientos, los más importantes, están recogidos. En el momento actual, sí creo que la ley puede ser más avanzada en la configuración de las cajas como entidades empresariales plenas, y ahí haremos alguna recomendación; y en el tema de la Caja de Cajas, nosotros decimos que tiene que tener unos objetivos más ambiciosos. R. Los impositores pierden casi la mitad de su representación (de 44% a 28%) en las entidades. ¿Han sido los grandes sacrificados de la Ley? ¿Cómo puede afectar esto? P. Le podemos dar muchas vueltas, pero al final la cuestión es básicamente una, la idoneidad de incorporar a un nuevo agente que hasta ahora no estaba representado que es la Junta de Andalucía. Y en la medida que entendamos que, para la consecución de los intereses generales, las cajas deben tener una cierta dimesión andaluza, en el sentido de vocación, yo creo que es positivo. P. Usted pide mayor libertad de empresa en las Cajas. ¿Tendría sentido hablar de privatizaciones? R. Hay que distinguir los medios de los fines. Una cosa es que una empresa tenga que disponer de los mismos medios que cualquier entidad financiera para competir eficazmente, de ahí la llamada a la necesidad de una plena libertad de empresa en su funcionamiento, y otra es la propiedad de esas empresas, lo que nos llevaría a la privatización, y eso absoluta y radicalmente no.

"El enfrentamiento Junta-Gobierno es insostenible"

P. ¿Qué opinión tiene del enfrentamiento Junta-Gobierno? R. Ese clima de enfrentamiento -mientras se mantenga en un periodo de tiempo corto no tiene por que producir consecuencias no deseables-, a medio plazo es insostenible. Ésa es una situación que no se debería mantener. Ha habido apelaciones en ese sentido y creo que progresivamente se irá imponiendo el buen criterio de que las cosas encuentren unos canales adecuados de solución. Sin que ello quiera decir que la lucha o el debate político es intrínsecamente consustancial a la democracia, y no nos vamos a poner en un plan absolutamente fundamentalista de que cualquier discrepancia política sea negativa. Pero más allá de esas naturales discrepancias, sí creo que hay cuestiones en las que deberían buscarse vías de entendimiento. P. ¿Qué opina del freno al endeudamiento? R. Creo que lo que se refiere a los aspectos financieros requiere una solución. Porque no olvidemos que Andalucía es una comunidad en la que se invierte mucho más de lo que se ahorra. No menos de la tercera parte de lo que se invierte aquí procede del ahorro, tanto público como privado, que viene de fuera de Andalucía. Luego hay un trasvase de ahorro de otros sitios, que es claro que, para sostenerlo, tiene que resolverse estas cuestiones de orden institucional en el ámbito financiero. Gran parte del desarrollo de Andalucía en estos años se explica por el gran esfuerzo de inversión en infraestructuras en años pasados. Si queremos que las tasas de crecimiento sigan creciendo, no se puede bajar la guardia en la inversión en infraestructuras. Y eso es una llamada a todas las administraciones públicas. Como dato: entre 1994-1997 se ha invertido en infraestructuras un 30% menos que en el cuatrienio anterior. Creo que hay que retomar ese esfuerzo de manera muy sólida. En ese esquema creo que el no contemplar que la financiación privada puede ser una vía complementaria significativa me parecería una postura poco adecuada para las necesidades actuales de la economía andaluza. P. Usted ha dicho que hay más demandantes de empleo, y es cierto también que hay más andaluces. ¿Por qué el Gobierno central no reconoce el censo? R. Lo razonable es que ambas administraciones busquen un acuerdo. Lo que está claro es que un sistema de financiación que base una parte sustancial de sus recursos en la población, tiene que basarse en la población realmente existente. Lo que digo es que esos andaluces de más, existen, y tienen que ser reconocidos a la hora de determinar los mecanismos de financiación de Andalucía.

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