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Cuatro directores muestran el Valle-Inclán más irónico con el 98

Tres centros dramáticos producen el montaje

Valle-Inclán 98, un concentrado valleinclanesco en el que se dan cita cuatro obras con todos los elementos del universo del autor, se estrena mañana en el teatro María Guerrero de Madrid. Las galas del difunto, La cabeza del Bautista, Ligazón y El embrujado están dirigidas por Xosé Martins, Helena Pimenta, Manuel Guede y Eduardo Alonso, y están coproducidas por el Centro Dramático Gallego (CDG), el Centro Dramático Nacional (CDN) y el Centro Dramático de Viana do Castelo (CDVC), de Portugal.El espectáculo debía representarse en las tres lenguas en las que trabajan estos organismos, pero los herederos de Valle-Inclán impidieron que fuera representado en la lengua de su infancia. Valle-Inclán 98 cuenta con 23 actores, que interpretan un total de 64 personajes; dura cinco horas, y se ofrecen tres posibilidades distintas de verlo: los viernes y los sábados se representará al completo, y de domingo a jueves se podrá ver por binomios formados por Las galas del difunto y Ligazón o La cabeza del Bautista y El embrujado.

Guede, director del CDG, destaca que este proyecto ha permitido abordar algo que estaba vetado. "Hemos ejercido nuestro derecho a mirar a Valle desde nosotros mismos". Una de las miradas sobre la obra de Valle es la suya propia, ya que dirige Ligazón. "Me pregunté cómo sería el tiempo del esperpento, y concluí que debía ser arbitrario; de ahí que aspire a jugar con elementos de cine y teatro, una fusión con la que Valle soñó".

En opinión de Guede, la selección de obras realizada ha venido marcada por tratar de situar este montaje en la conmemoración del 98, algo que marca especialmente Las galas del difunto. "Fue el mejor retratista de su época, y éste debía ser también un ejercicio para plantear y reflexionar sobre aquellos hechos sobre los que Valle tiene una mirada un tanto irónica".

Esperpento

Las galas del difunto, pieza que pertenece a Martes de carnaval, mientras las otras que se incluyen en el montaje forman parte de El retablo de la lujuria, la avaricia y la muerte, está dirigida por el portugués Xosé Martins, que considera esta experiencia una iniciativa interesante para el teatro de su país. La directora y fundadora del grupo vasco Ur Teatro es la responsable de la puesta en escena de La cabeza del Bautista. "Poner en pie a Valle y poder confrontarme con otros compañeros ha sido una gran oportunidad", dice esta profesional, que ha tratado de no traducir el esperpento valleinclanesco en algo grotesco y deformado. El embrujado es considerada por Eduardo Alonso, su director, como una obra de tránsito entre Comedias bárbaras y Divinas palabras. "Está situada entre el bien y el mal, entre un dios mezquino y un diablo femenino", señala Alonso, quien pensó, cuando le comunicaron el proyecto, que por fin habría una mirada gallega sobre el teatro galaico de Valle.

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