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Se busca pretendiente para princesa tonta

Las aguas del río Guadaira delimitan estos días un reino imaginario, una taifa en la que reina un monarca acuciado. A Jenaro III el Puñetero le acucian las ganas de casar a su hija, una princesa adicta a las bizcotelas y enferma de nepotismo y enamoramiento respecto a un primo carnal, tartamudo y adinerado. La historia es la columna vertebral de un cuento de Antonio Rodríguez Almodóvar, La princesa del lunar, que el año pasado se convirtió en un regalo que los organizadores de la Cabalgata de los Reyes Magos obsequiaron a todos los niños de Alcalá de Guadaira. El cuento fue llevado al teatro con una adaptación firmada por José Antonio Francés y el propio Rodríguez Almodóvar. Hoy terminan las funciones escolares. En la adaptación hacen un doble ejercicio de elipsis y de actualización. Por imperativos de elenco y de decorados, suprimieron los personajes de Saltín Saltón, Zatopek panadero, y de Carguín Cargón, ese supermán doméstico que era capaz de llevar en volandas el mismísimo castillo de Alcalá. Sobrevivieron a esta purga Oidín Oidón, hechicero de secretos y sordo como una tapia, y Soplín Soplón, instrumentista de ventosidades. La obra es representada por el grupo local Teatraco. Juan Carrillo, 25 años, jienense de Villanueva del Arzobispo, es licenciado en Filología Italiana y encarna al más listo y al más tonto del cuento, el pícaro Julián y el torpe Chambelán. Respecto al cuento original, Francés y el propio autor introducen a un escribano rapero -interpretado por el propio José Antonio Francés, dependiente de una tienda y novelista-, y una apertura televisiva que es una mezcla de la CNN y Canal 47. Una parodia quizás involuntaria del nuevo estajanovismo mediático: Jennifer, la presentadora, que cobra vida con la actriz Chus Gómez, es también Soplín Soplón; su cámara, Benjamín Borge, se multiplica en una serie de pretendientes, incluido uno llegado del lejano reino de Chiquitistán, y es Oidín Oidón, un chollo para la prensa del corazón. Después de la representación, hubo fiesta en los dominios del rey Jenaro. La actriz que encarna a su hija casadera, Lucía Núñez, cumplía 25 años y recibió un abanico con las ilustraciones que diseñó para el cuento Isidoro Villalba, autor de la escenografía teatral. Se sumó a apagar las velas la familia de la princesa: su padre el rey Jenaro (Íñigo Núñez, extremeño, 26 años, actor de Isla Mágica); su primo, el conde Cececé, el de los Cien Cofres (Pepe Macías, 22 años, estudiante de Arte Dramático), que también da vida a una hada madrina que es una bruja ladina y metomentodo; y la dama de honor, Belén García Gómez, 9 años, hija de Carlos García, ideólogo de la cabalgata. No es el primer cuento de Rodríguez Almodóvar llevado al teatro. Antes, fueron adaptados Juan el Oso, El Parlamento de los animales, La princesa que nunca se reía y Cuento cuentos cuántos cuento. Asistieron los tres hijos del autor: Sara, Antonio y Beatriz. La mayor tiene los años de la princesa: cuando nació hace un cuarto de siglo, su padre preparaba oposiciones en Santa Olalla de Cala y oía cuentos sobre Willy Brandt y François Mitterrand que le contaba su amigo Felipe González Márquez. Rodríguez Almodóvar viaja el miércoles a Granada para presentar su cuento La rana y el sapo se saltan la evolución, encargo del Parque de las Ciencias. Pocos niños de Alcalá ignoran dónde tiene la princesa el lunar. Un dato que conocerán muchos más niños si prospera el compromiso itinerante de la Diputación Provincial.

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