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TERCER MILENIOMARISA BERENSON LEE PARTE DE LA DECLARACIÓN DE DEBERES

Goldstone considera "un enorme progreso" en la justicia internacional la detención de Pinochet

El presidente del grupo de expertos que está ultimando la declaración universal de responsabilidades y deberes en Valencia y ex fiscal jefe del Tribunal Internacional para la ex Yugoslavia, Ricard J. Goldstone, manifestó ayer el "enorme progreso en la jurisdicción internacional" que supone la solicitud de extradicción de España del dictador Augusto Pinochet. Goldstone se refirió a ello en la presentación en Valencia del preámbulo de la citada declaración que será entregada a la Unesco. A falta de la redacción definitiva, el documento recoge, entre otros aspectos, el deber de los Estados de intervenir para prevenir o detener agresiones en casos de emergencias humanitarias en cualquier país del mundo.

"¿Quién podía pensar hace años que España pediría la extradicción de Pinochet a Londres? Es fantástico", y añadió Goldstone a su argumentación: "Da igual la decisión final del Gobierno británico, lo cierto es que se ha sentado un principio de que no debe haber inmunidad. Es una medida disuasoria". El también juez del Tribunal Constitucional de Suráfrica destacó, además, el trabajo del secretario general de la OTAN, Javier Solana, a quien felicitó por la reciente captura del general serbobosnio responsable de la matanza de Srebrenica, Radislav Krstic. Atendiendo a sus palabras se encontraban en el salón columnario de la Lonja la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, los consejeros de Cultura y Bienestar Social, Francisco Camps y Marcela Miró, el presidente de la Diputación, Manuel Tarancón -todos ellos del PP-, el presidente de las Cortes, Héctor Villalba, de UV, y el grupo de juristas, intelectuales y expertos internacionales que están participando en la redacción de la declaración, cuya tercera y última reunión concluirá previsiblemente mañana. La protagonista de la película Barry Lindon, de Stanley Kubric, y embajadora de la paz de la Unesco, Marisa Barenson, leyó el preámbulo de la carta de los deberes y responsabilidades del hombre, que tiene el propósito de garantizar el umplimiento de la Declaración Universal de los Derechos del Hombre. Pero antes de ello, Goldstone recordó los 200 millones de muertos en las guerras del siglo XX y señaló que en la Primera Guerra Mundial murieron nueve soldados por un civil, un porcentaje casi inverso al que se ha detectado en los 100 conflictos bélicos posteriories a la Segunda Guerra Mundial. El presidente de las reuniones convocadas por el Ayuntamiento de Valencia y organizadas por la Fundación III Milenio y la empresa ADC, bajo el paraguas de la Unesco, también subrayó la importancia de que 120 países aprobaran -no así EE UU- recientemente en Roma la creación de un tribunal internacional para juzgar crímenes contra la humanidad. En esta coyuntura, Goldstone destacó la oportunidad de la propuesta valenciana de elaborar una declaración de deberes. No obstante, las reuniones para acordar el documento, que será entregado a la Unesco para su discusión en su asamblea general de enero, han perdido una buena parte de su posible trascendencia y repercusión al desplazarse el debate de cuestiones como el tribunal internacional o el derecho de injerencia a otros foros. De las sesiones de trabajo a puerta cerrada en Valencia han trascendido algunos puntos de partida del documento: El deber de los científicos de hacer pública cualquier investigación no ética; el deber de las multinacionales de impedir cualquier daño ecológico y de respetar las leyes locales si no atentan contra los derechos básicos; el deber de los Gobiernos de acabar con las armas biológicas, químicas y nucleares y de reducir el comercio de armas; el deber de promover el derecho de los ancianos; o el deber de los Estados de intervenir en emergencias humanitarias. El preámbulo de la declaración leído por Berenson es una declaración de intenciones para la aplicación de los Derechos del Hombre en un periodo distinto de cuando se formularon hace 50 años. El texto señala la necesidad de adoptar medidas contra la pobreza o la desigualdad, entre otros aspectos. El actor Franco Nero y el premio Nobel de Literatura en 1986, el nigeriano Wole Soyinka, también intervinieron en el acto de ayer en calidad de embajadores de paz. El primero leyó un texto de adhesión de Norberto Bobbio, quien manifesta que los deberes morales han de traducirse en deberes legales y que el documento de Valencia puede ser el inicio de un compromiso formal. Soyinka dijo: "Hoy [por ayer] avanzamos un peldaño más por establecer deberes a la humanidad". Tarancón leyó en valenciano y castellano un memorandum explicativo y Barberá resaltó la voluntad de Valencia de ser el lugar desde el que se lance la declaración universal de responsabilidades y deberes.

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Sobre la firma

Ferran Bono
Redactor de EL PAÍS en la Comunidad Valenciana. Con anterioridad, ha ejercido como jefe de sección de Cultura. Licenciado en Lengua Española y Filología Catalana por la Universitat de València y máster UAM-EL PAÍS, ha desarrollado la mayor parte de su trayectoria periodística en el campo de la cultura.

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