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Aprobada por unanimidad la ordenanza que prohíbe las parabólicas en fachadas y balcones

Antonio Jiménez Barca

Dentro de dos años, ninguna antena parabólica lucirá impunemente en las fachadas de los edificios. El pleno municipal aprobó ayer, por unanimidad, el texto de la nueva ordenanza que regulará la instalación de aparatos de telecomunicaciones y que, por motivos de estética, sitúa todos estos ingenios en los tejados. Los vecinos que vivan en edificios céntricos protegidos deberán subir al tejado su parabólica antes de un año. Si el dueño se desentiende, serán los servicios municipales los que cambiarán la antena, cobrando unas 20.000 pesetas. La norma estará vigente en enero.

A la nueva ordenanza le falta todavía pasar por un trámite importante: el plazo de alegaciones. El concejal de Urbanismo, Ignacio del Río, del PP, pidió antes de empezar el pleno, a las comunidades de vecinos, que "colaboren" con el municipio y que se pongan de acuerdo para colocar sus parabólicas colectivas en los tejados. El alcalde, José María Álvarez del Manzano, impulsor de la idea después de comprobar (y afirmar) que las antenas en las fachadas "afeaban" la ciudad, aseguró que la ordenanza "tiene por objeto terminar con el caos". El PSOE votó a favor, pero dejó claro que la norma "llega algo tarde". Juan Barranco lo explicó: "Ya hay muchas antenas colocadas mal por ahí".Las deudas del arzobispo. El pleno municipal también discutió ayer, al hilo del convenio por el que el arzobispado y el Ayuntamiento se intercambian parcelas, las deudas de la Iglesia con la Casa de la Villa. El informe del interventor municipal, Vicente Arnau, dejó claro a principios de septiembre que el arzobispado debía 6,7 millones de pesetas en multas e impuestos y que hasta que la Iglesia no pagase no podían llevarse a cabo los intercambios de terrenos previstos. El concejal de Hacienda, Pedro Bujidos, aseguró ayer que los millones que debe el arzobispado "son sólo cuatro", ya que han pagado una parte. El concejal del PSOE José María de la Riva respondió: "Como si son 1.000 pesetas". El edil Del Río añadió que el arzobispado se ha comprometido "por escrito" a abonar lo que falta antes de que se firmen las escrituras de permuta de terrenos. De la Riva avisó a los ediles del PP en tono apocalíptico: "Si ustedes votan que sí a este punto pueden estar incurriendo en prevaricación, porque nadie asegura que el arzobispo pague sus deudas. Yo no me fío". Uno de los concejales del PP se echó la mano al cuello y en broma respondió: "Qué miedo". El alcalde zanjó la cuestión. "Que esté todo el mundo tranquilo, porque, antes de que se formalicen las escrituras, el arzobispo habrá pagado lo que debe", anunció, entre premonitorio y autoritario. Una de estas parcelas está situada en la Alameda de Osuna, y los vecinos de la zona no están muy de acuerdo con que se haga con ella el arzobispado para construir una parroquia: la Federación Regional de Vecinos asegura que existen 2.500 firmas contra este plan de la Iglesia y el Ayuntamiento.

Colegio de San Antón. Los ediles también discutieron sobre el futuro del antiguo colegio de San Antón en la calle de Hortaleza, destruido en parte por un incendio en 1996. El Ayuntamiento ha decidido comprar el inmueble a sus actuales propietarios por 1.200 millones de pesetas. El PSOE solicitó que se use como "centro universitario". El concejal Ignacio del Río, que ya había manifestado hace un mes su intención de que el viejo colegio de los escolapios, el más antiguo de la capital, se dedicara a tareas educativas, estuvo de acuerdo. Pero no en todo. El texto aprobado fue que el colegio de San Antón se dedicará "preferentemente" a un "centro universitario público o privado". El edil Del Río confía en que una institución se haga cargo de las reformas y de los arreglos (el incendio inutilizó la techumbre y la tercera planta). A cambio, el municipio cederá el inmueble durante cerca de 50 años. Mercadillos. El pleno aprobó definitivamente los impuestos, tasas y los precios de los servicios públicos municipales. Ya en la comisión informativa de Hacienda de la semana pasada, el edil de IU Gerardo del Val había denunciado que los impuestos por colocar un puesto de venta callejera iban a subir "un 8,9%". El concejal de Hacienda replicó que esto, en términos absolutos, significa "unas 500 pesetas al mes". "Pero, para que nadie se alarme, a pesar de todo, vamos a estudiar un sistema para bajar la cuantía de esta tasa", añadió.

Las vías de Vallecas. El edil de Urbanismo y la concejal de IU Marisa Castro se enzarzaron en una discusión sobre tráfico, carriles para bicicletas y carriles para coches a propósito del enterramiento de las vías del tren que atraviesan el distrito de Vallecas. Castro pidió que el Ayuntamiento entierre "completamente" los tres kilómetros de vías que parten en dos el distritos y que encima construyan un parque, un carril-bici y un carril para transporte público, "que puede ser un metro ligero". Del Río respondió que eso que pedía Marisa Castro ya está en los planes municipales, aunque con ciertos matices: no se entierran las vías completamente, habrá carril-bici, pero también dos carriles por sentido para coches, y lo del metro ligero "no se hará" porque "se contará con un carril-bus". La edil de IU agradeció "sinceramente la amabilidad" con que respondió el edil de Urbanismo, pero acto seguido dijo: "Aunque la amabilidad es lo menos importante aquí, ustedes, señores del PP, quieren convertir eso en una nueva vía rápida para los coches". Del Río replicó que una calle de dos carriles por sentido "no es una vía rápida". Castro respondió "que sí lo es". Y el alcalde mandó pasar al punto siguiente.

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Sobre la firma

Antonio Jiménez Barca
Es reportero de EL PAÍS y escritor. Fue corresponsal en París, Lisboa y São Paulo. También subdirector de Fin de semana. Ha escrito dos novelas, 'Deudas pendientes' (Premio Novela Negra de Gijón), y 'La botella del náufrago', y un libro de no ficción ('Así fue la dictadura'), firmado junto a su compañero y amigo Pablo Ordaz.

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