Francia considera "probable" una suspensión de todos los vuelos el 1 de enero del 2000

El ministro francés de Economía, Dominique Strauss-Kahn, aseguró ayer que "cada vez es más probable" que los vuelos comerciales no despeguen el 1 de enero del año 2000 para evitar riesgos de fallos informático por el cambio de siglo. Los problemas pueden surgir en los ordenadores más antiguos, incapaces de distinguir si los dos últimos dígitos que utilizan para establecer las fechas -00 a partir del 1 de enero- corresponden al año 2000 o al 1900, lo que podría causar averías. Se trata del llamado efecto 2000.En una conferencia de prensa, el secretario de Estado de Industria francés, Christian Pierret, precisó a renglón seguido que, si se acuerda finalmente la suspensión de vuelos para evitar problemas, "se tratará de una decisión tomada a escala mundial después de una concertación entre todas las autoridades de aviación civil".

Strauss-Kahn añadió entonces que, en el caso de la Administración francesa, el coste de los trabajos realizados para ajustar los ordenadores al cambio de siglo se elevará a 10.000 millones de francos (250.000 millones de pesetas), pero matizó que en esa cantidad se incluye la evaluación del precio de renovación anticipada de algunos equipos. Las autoridades francesas aseguraron que el cambio de siglo no será "dramático" en ningún caso, pero reconocieron que los problemas podrían afectar a algunos sectores estratégicos como el eléctrico (especialmente en las centrales nucleares), correos, telecomunicaciones, los hospitales y las grandes corporaciones industriales y bancarias.

Investigación aeronáutica

Por otro lado, la Comisión Europea informó ayer que ha pedido explicaciones a los dos mayores fabricantes de aviones en el mundo, Boeing y Airbus, para aclarar sus sospechas sobre un posible acuerdo ilegal entre ambos grupos para subir los precios.Los servicios de Competencia de Bruselas enviaron a ambas compañías sendas cartas con una serie de preguntas acerca del asunto, y están siendo ahora analizadas, según fuentes comunitarias.

La iniciativa de la comisión se produce paralelamente a otra investigación similar iniciada por la Comisión Federal de Comercio de Estados Unidos, que actuó movida por las mismas sospechas que mantiene la Comisión Europea sobre la existencia de un pacto entre Airbus y Boeing.