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Alegría "a pesar del ridículo"

La esposa de Gonzalo Fernández de Córdoba, el economista madrileño de 64 años que ayer se daba por desaparecido en Chile, había declarado anoche a EL PAÍS que las únicas noticias que tenía de su marido y de su hija Ana eran las del extraño comunicado enviado por correo electrónico a sus hijas María y Carmen, residentes en Santiago. "No sé apenas nada, y además creo que no debo dar ningún dato sobre la situación de mi marido; todo lo está llevando el consulado de España en Santiago". Muy nerviosa, no quiso ofrecer su nombre ni cualquier otro dato de carácter personal. "Imagínese cómo me encuentro, sin ninguna noticia de mi marido y sin saber qué hacer exactamente".Unas horas después ya podía respirar tranquila. Su marido y su hija habían aparecido sanos y salvos. Pasadas las dos de la madrugada de hoy, su hijo Carlos atendió la llamada de este diario en el domicilio familiar y dijo que no sabía nada acerca del carácter humorístico del secuestro de su padre y su hermana. Él se había trasladado a casa de sus padres "con lo puesto" ante la alarma causada por la noticia del secuestro. "Pues si es una broma... espero que lo sea y que estén bien". Al aclararle que la tomadura de pelo no provenía de los secuestradores sino de sus familiares respondió: "Espero que no sea así, no veo a mi padre capaz de gastar una broma semejante". "Es una buena noticia... a pesar del ridículo", añadió.

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