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EE UU firma el Protocolo de Kioto sobre la reducción de gases de efecto invernadero

"Aunque es un paso adelante importante, no nos impone obligaciones", advierte Al Gore

El delegado de Estados Unidos en la cumbre del clima de Buenos Aires, Stuart Eizenstat, anunció ayer la decisión de su país de firmar el Protocolo de Kioto, el compromiso internacional auspiciado por la ONU que obliga a los países desarrollados a reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero. La firma la estampó el embajador de EE UU ante la ONU, en la sede del organismo en Nueva York. El vicepresidente Al Gore advirtió en un comunicado: "La firma del Protocolo, aunque es un paso adelante importante, no impone obligaciones a EE UU".

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En su discurso ante el plenario de la cumbre, que termina hoy, Eizenstat advirtió que Clinton no propondrá al Senado estadounidense la ratificación de la firma (paso necesario para que el documento sea legalmente vinculante) hasta que "los países en desarrollo" no asuman compromisos en el control de emisiones. Con EE UU son ya 60 los países que han firmado el Protocolo aprobado hace un año en Kioto (Japón), incluida la Unión Europea. Sin embargo, sólo dos lo han ratificado hasta ahora: Fiyi y Antigua y Barbuda.El anuncio de Eizenstat, subsecretario de Estado, fue recibido con un tímido aplauso en la zona de prensa y organizaciones no gubernamentales del centro de exposiciones de Buenos Aires. Inmediatamente después, tres senadores estadounidenses del Partido Demócrata señalaron que el anuncio de la firma era "algo más que un acto simbólico".

Peter de Fazio, senador demócrata por Oregón, afirmó: "Todos saben que EE UU ha asumido durante décadas la responsabilidad de proteger la democracia en todo el mundo. Ahora estamos asumiendo el liderazgo de proteger el medio ambiente. Podemos ser líderes en desarrollo sostenible, en tecnologías limpias y en una nueva filosofía para el próximo siglo".

El importante paso dado por EE UU se produce, precisamente, al día siguiente de que Argentina anunciara que asume compromisos voluntarios de control de emisiones de efecto invernadero, pese a la firme oposición de otros países del grupo G-77 más China (países en vías de desarrollo), que creen que el primer paso lo deben dar las naciones desarrolladas.

Eizenstat se deshizo en alabanzas hacia la medida Argentina. EE UU ha repetido una y otra vez que sin el compromiso de los países en vías de desarrollo, especialmente China e India, la lucha contra el cambio climático no podrá seguir adelante.

Pese a la euforia momentánea y a los comentarios positivos en la cumbre respecto al gesto estadounidense, nadie olvidó que ello no significa que el Protocolo de Kioto entre ya en vigor. Para ello es necesario que lo ratifiquen al menos 55 países cuyas emisiones supongan, como mínimo, el 55% del total mundial.

La reacción de los ecologistas al anuncio estadounidense no se hizo esperar. "Firmar el protocolo es como aceptar una oferta de trabajo. Lo que realmente cuenta es presentarse al trabajo y hacerlo", expresó Greenpeace en un comunicado. La advertencia de que la firma no será ratificada de momento por el Senado, continúa el comunicado, significa "que EE UU sigue manteniendo al resto del mundo como rehén".

Greenpeace criticó: "Eizenstat no ha presentado compromisos sustanciales que inviertan la tendencia al aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero por parte del país más contaminante del mundo".

El anuncio estadounidenses alivió el hastío de la jornada de ayer en la cumbre, donde lentas y delicadas negociaciones siguieron adelante, ahora en el seno de la llamada mesa ampliada puesta en marcha el miércoles. En ella están cinco representantes de la UE, cinco del grupo que lidera EE UU, cuatro de África, cuatro de Asia y cuatro de Suramérica. Su función es agilizar las negociaciones.

A dicha mesa llevó ayer la Unión Europea un documento de trabajo cuyas líneas maestras, según explicó la ministra española, Isabel Tocino, consisten en desarrollar el Protocolo de Kioto, facilitar la transferencia de tecnologías limpias a los países en desarrollo y poner en marcha los fondos económicos precisos. El documento de la UE recuerda que mecanismos como la compra de emisiones sólo deben completar el esfuerzo interno de cada país para reducir las emisiones.

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