Economía detecta un agotamiento del crecimiento en el sector industrial y un avance de la demanda interna
El Ministerio de Economía ha detectado un cierto agotamiento en el crecimiento del sector industrial, que, no obstante, mantiene todavía ritmos elevados, a la vez que constata un tono muy expansivo en los servicios y, especialmente, en la construcción. El boletín de coyuntura del ministerio en octubre destaca la continuidad de la tendencia expansiva de la economía en el tercer trimestre del año, con un crecimiento muy elevado gracias al avance de la demanda interna, tanto de consumo como de inversión, al tiempo que el empleo sigue aumentando de forma muy positiva.Recoge el menor ritmo de crecimiento en el índice de producción industrial entre julio y agosto, así como un cierto retroceso de la confianza de los empresarios (aún en niveles elevados), derivado exclusivamente de la caída del nivel de cartera de pedidos, pese a lo cual, para los meses siguientes, las previsiones apuntan a un crecimiento de esa variable para el total de la industria y sus componentes.
Desde el lado de la demanda, el consumo privado sigue siendo uno de los motores del crecimiento, tal como demuestra el índice de confianza de los consumidores, que en septiembre pasado volvió a situarse en valores máximos desde 1986. La inversión en bienes de equipo sigue creciendo igualmente a ritmos elevados, evolución que se explica por la saneada situación de las empresas y la mejora de su rentabilidad.
En relación con el empleo, señala que la industria sigue siendo el sector en el que la ocupación crece con mayor intensidad, aunque se observa una progresiva aceleración en los servicios y, especialmente, en la construcción.El buen tono del empleo se confirma también por los datos de afiliaciones a la Seguridad Social, que a finales de septiembre llegaron a un nuevo máximo histórico (13,77 millones al finalizar septiembre), con una tasa de variación anual en los nueve primeros meses del año del 4,9%.
El boletín explica también el mayor crecimiento de los contratos temporales sobre los indefinidos, con lo que la tasa de temporalidad -aunque más baja que la de un año antes- se ha elevado hasta el 33,3%.
