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BLOQUEO EN EL DIÁLOGO SOCIAL

Los sindicatos advierten al Gobierno que irán a la guerra si impone el contrato parcial "basura"

CCOO y UGT decidirán esta semana las movilizaciones de protesta

,Con un lenguaje bélico no escuchado hace años, los sindicatos CCOO y UGT lanzaron ayer dos advertencias al Gobierno. La primera es que, si intenta imponer por ley su propuesta de reforma del contrato a tiempo parcial, le declararán "la guerra". La segunda, derivada de la primera, es que eso supondrá "el fin de la paz social y la quiebra del diálogo", porque no van acudir a mesas donde "se aplican decisiones unilaterales".Los responsables de las negociaciones con el Gobierno y secretarios de acción sindical de ambas centrales, Toni Ferrer (UGT) y Fernando Puig (CCOO) reconocieron ayer públicamente el bloqueo de las negociaciones, que se produjo en la madrugada del miércoles pasado, cuando existía un principio de acuerdo que retiró sorpresivamente de la mesa el representante de Trabajo y secretario general técnico del ministerio, Julio Sánchez Fierro.

Los sindicatos le instaban ayer a que confesase con quien habló a las tres de la madrugada para cambiar de criterio. Ellos presumen que fue con un alto dirigente de la patronal CEOE, porque a partir de ese día les han entregado propuestas, "cada una peor que la anterior", que responden claramente a la sugerencia de los empresarios de tener "un contrato atractivo, basado en la flexibilidad de jornada".

Para las centrales, esa propuesta va en contra de las orientaciones de la directiva comunitaria y en contra de lo pactado en la reforma laboral de 1997, consistentes en dotar a ese contrato de mejoras tanto para los trabajadores (protección social y estabilidad) como para los empresarios (incentivos en las cotizaciones y flexibilidad).

Pero la fórmula que Trabajo defiende no parece tener suficientes equilibrios, a juicio de los sindicatos. Según Puig, "se pretende tener trabajadores sin horario, permanentemente disponibles para su empresario y con una jornada impuesta a través de las horas complementarias". Por ejemplo, a un trabajador que pacte una jornada de cuatro horas, para cuidar a sus hijos o para tener otro trabajo de ese tipo que le permita reunir un salario normal, se vería obligado a hacer un día dos horas, al siguiente 12 y al tercero ninguna. Ferrer calificó esa propuesta de "contrato basura" y Puig de "desregulación de las relaciones laborales".

Ellos aseguran que en estos días "no ha habido negociación, sino enredos por parte de Trabajo", y dejaron claro que no habrá acuerdo en la reforma del contrato a tiempo parcial "si la jornada y las horas complementarias no se hacen compatibles con los derechos de los trabajadores, o si se trata de imponer el pacto individual ante el que el trabajador está indefenso".

A partir de ahora, esta semana las direcciones de los dos sindicatos se reunirán para analizar el estado de los debates y para decidir la respuesta que van a dar al Gobierno. El dirigente de CCOO aseguró que la protesta "no será una medida estética" y van a promover "un conjunto de acciones para expresar un rechazo frontal en las calles y en los centros de trabajo". También van a plantear a los partidos que rechacen la norma si llega al Parlamento, un apoyo ya confirmado desde el PSOE, Iniciativa per Catalunya y Nueva Izquierda, y que esperan también de Izquierda Unida.

El secretario general de Empleo, Manuel Pimentel, les respondió ayer desde Sevilla que el Gobierno mantendrá su idea de fomentar los empleos a tiempo parcial, que considera una vía para la estabilidad, a pesar de que los sindicatos se opongan a este proyecto.

Pimentel aseguró que el único gran escollo que existe es que "los sindicatos rechazan la figura de las horas complementarias" y sobre la que el Ejecutivo quiere seguir dialogando.

Además de esos desacuerdos, en el resto de temas abordados la situación es ésta:

Incentivos al empleo estable. No hay temas cerrados, y se estudia prorrogar un año más los incentivos de los contratos que los reciben desde la reforma laboral de 1997, pero bajando la deducción en las cotizaciones del 50% al 30%. Trabajo parece dispuesto a descongelar la penalización de los contratos temporales, con una subida del 0,5 puntos en sus cotizaciones empresariales con carácter general, 1,5 puntos para las empresas de trabajo temporal (ETT), y 2 puntos cuando se abuse del encadenamiento de contratos eventuales, a lo que se opone tajantemente CEOE.

Protección al desempleo. Se mantiene un total desacuerdo, ya que Trabajo no acepta la petición sindical de ampliarla y cambiar normas para dar cobertura a 250.000 parados de larga duración con cargas familiares. Las centrales argumentan que hay un superávit en el Inem y más de 800.000 parados sin subsidio. A cambio, Trabajo ofrece talleres-escuela para parados mayores de 45 años, que alcanzarían a 12.000 personas en 1999.

Reducir la jornada a 35 horas. Trabajo ha movido algo su posición inicial al aceptar la posibilidada de incentivar la reducción de jornada siempre que se comprometa creación de empleo. Pero eso lo condiciona a que haya un acuerdo interconfederal previo entre patronal y sindicatos, que, de momento, es inviable porque la CEOE lo rechaza.

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