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CERCO AL EX DICTADOR

Los socialistas chilenos piden a Frei que no interceda en defensa del dictador detenido

El Partido Socialista (PS) y el Partido por la Democracia (PPD) -ala izquierda de la coalición gobernante en Chile- pidieron ayer a sus socios en el Gobierno de Eduardo Frei que no intercedan en defensa del senador vitalicio y ex dictador Augusto Pinochet, detenido en Londres desde la medianoche del viernes en la clínica donde se recupera de una operación de hernia. Mientras el Gobierno chileno explora diversas opciones para intentar traer a Pinochet a Chile, las Fuerzas Armadas apoyaron al militar, y una delegación de dirigentes de la derecha viajó a Londres y Madrid para respaldarlo.

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Augusto Pinochet Hiriart, hijo del general, admitió ayer que no ha podido comunicarse telefónicamente con su padre. La situación de Pinochet, que ha provocado debates en la coalición gobernante, pasó también a las calles, donde, tanto ayer como el sábado, se manifestaron detractores y partidarios de la detención. Diputados de tres partidos anunciaron que presentarán un proyecto de acuerdo en la Cámara para que el Gobierno no se inmiscuya y deje actuar a la justicia. "La inmunidad diplomática no da licencia para matar y no significa impunidad", dijo ayer el diputado socialista Juan Pablo Letelier. Para el presidente del PS, Ricardo Núñez, el arresto fue lícito y conforme al derecho internacional, mientras el jefe del PPD, Sergio Bitar, fue tajante en sostener que el juicio "involucra personalmente a Pinochet y no a las instituciones ni al país. Corresponde a hechos ocurridos en dictadura y no en democracia".

La división de opiniones en la coalición gubernamental ante la detención de Pinochet también afecta a la Democracia Cristiana (DC), pues algunos parlamentarios, discrepando de la mayoría, sostienen que el senador debe ser juzgado. El presidente del Senado y candidato presidencial Andrés Zaldívar admitió ayer las divisiones y pidió no presionar al Ejecutivo. La posición oficial del Gobierno, de rechazo al arresto, cuenta en cambio con el respaldo de la dirección de la DC, de la derecha y de los militares.

Ante el poco efecto que parece haber surtido en Londres la supuesta inmunidad de Pinochet, en el Gobierno chileno se exploran diversas alternativas. El ministro de Exteriores, José Miguel Insulza, socialista, ha aclarado que no está "defendiendo la inmunidad de un dictador, sino de un miembro del Senado". Una de las posibilidades que se barajan para salir de atolladero -que Pinochet sea expulsado de Inglaterra por el Gobierno de Blair-, está descartada ante la actitud de los laboristas. Insulza se preguntaba ayer qué ha hecho Pinochet para ser expulsado.

Aquiescencia militar

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Otra fórmula que se analiza es que la Justicia chilena pueda pedir a Londres la extradición del general, que se enfrenta en Santiago a 11 querellas ante la justicia por violaciones a los derechos humanos cometidas en la dictadura. Sin embargo, un camino de este tipo requeriría al menos de la aquiescencia de los militares, quienes rechazan los juicios a su ex jefe. Para el general Ricardo Izurieta, sucesor de Pinochet al frente del Ejército, ésta es la situación más compleja que le ha tocado afrontar y pone a prueba su deseo de despolitizar la institución. Al enterarse del arresto, Izurieta debió viajar más de 2.000 kilómetros para retornar a Santiago desde el sur del país y en la noche del sábado se reunió con el vicepresidente de la República, Raúl Troncoso. Una analista cercana al Ejército dijo ayer que los militares se sienten humillados por el trato vejatorio que está recibiendo el exgeneral en un país donde Pinochet compró armas y en el que mantiene buenas relaciones con mandos castrenses. La misma fuente consideró la detención como una bofetada para el país y para las Fuerzas Armadas. En su declaración del sábado, el Ejército tachó de "insólita e inaceptable" la retención de Pinochet.

Para apoyar al senador vitalicio en Londres, ayer partieron hacia la capital británica el presidente del derechista partido Renovación Nacional, Alberto Espina, acompañado por otros tres dirigentes. Un senador de ese partido, Sergio Romero, irá a Madrid, mientras una delegación de la pinochetista Unión Demócrata Independiente viajará al Reino Unido. Este último partido pidió ayer convocar al Consejo de Seguridad Nacional, en el que participan los cuatro jefes de las Fuerzas Armadas y las máximas autoridades del Estado.

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