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NAUFRAGIO EN EL LAGO DE BANYOLES

Francia espera los resultados de la investigación oficial del naufragio

El Parlamento francés en pleno guardó ayer un minuto de silencio por los ciudadanos franceses que perdieron la vida el jueves en el naufragio del lago de Banyoles. Tras las muestras de solidaridad para con los supervivientes y los familiares de las víctimas, las autoridades de París y la prensa se preguntan por las causas del naufragio y ponen el acento en la investigación iniciada en España. Discreta, pero repetidamente, el primer ministro, Lionel Jospin, aludió a ese punto durante la intervención televisada del jueves por la noche, en la que abordó las cuestiones de máxima actualidad.

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A lo largo de la jornada, los medios informativos dieron cuenta de las labores de reflotamiento del barco a la espera de la repatriación de los supervivientes. Las autoridades francesas habían dispuesto en el aeropuerto de Nantes un dispositivo para acoger a los 52 jubilados que debían llegar anoche en un avión fletado por Europe Assistance acompañados por funcionarios del Ministerio de Interior. En los municipios de los departamentos del Oeste, de los que procede la totalidad del grupo de jubilados, se espera que el resto de los rescatados llegue hoy en autobús. Un gabinete de crisis instalada en la prefectura de Charentes-Maritimes atiende e informa permanentemente a los familiares de las víctimas.El grupo de ciudadanos franceses llegó a España en tres autobuses fletados por el agente de viajes Gabriel Nombalais, que tiene su empresa en el municipio de Coex (Vandée).

La mayoría procede de los departamentos de Loire-Atlántique, Mayenne y la Vandée.Los 19 jubilados de La Rochelle miembros de la asociación Trovadores se libraron del naufragio porque optaron por quedarse en el hotel y hacer compañía a un jubilado que acababa de lesionarse en el fémur y que no podía ir a la excursión de Banyoles.

A expensas del resultado de la investigación, la prensa francesa subraya unánimemente el dato de que el barco transportaba un número de pasajeros superior al autorizado y sitúa las potenciales responsabilidades no sólo en los propietarios de la nave, sino también en la empresa organizadora del viaje.

No hay reproches a la actuación de las autoridades españolas, y en algunos casos se ponen de relieve la calidad de los medios técnicos y humanos puestos al servicio de recuperación de los cadáveres.

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