Un grupo de constructores vizcaínos ultima la compra del edificio de Uribitarte
Un grupo de constructores vizcaínos ultima la compra del edificio de Uribitarte, la promotora inmobiliaria que quebró hace siete años con más de 17.000 millones de pesetas de deuda en lo que ha supuesto uno de los mayores escándalos financieros en este sector en España. Según informó ayer Cinco Días, una sociedad integrada por Construcciones Basáñez, Cimentaciones Abando y empresarios bilbaínos tiene prácticamente cerrada la operación, que supondrá el pago de 3.800 millones por el edificio, situado al lado de la ría y a apenas 500 metros en línea recta del Museo Guggenheim. Un portavoz del área de Urbanismo del Ayuntamiento de Bilbao admitió ayer la existencia de conversaciones de empresarios interesados en la compra, pero sin "constancia oficial del acuerdo. Ojalá sea así, pero hay que ser prudentes". Urbanismo anunció este verano que expropiaría el edificio si no se llegaba a un acuerdo para resolver la quiebra. Este pacto se habría alcanzado y supondría el cobro por los dos propietarios, Argentaria y Mapfre, de 1.700 y 800 millones, respectivamente. El resto del dinero, hasta los 3.800, se destinaría a los acreedores, que aceptan así una quita del 85%. Los compradores tienen intención de que el edificio, que debe ser recalificado para uso de viviendas en vez de oficinas, sea diseñado por el equipo del arquitecto Rafael Moneo, encargado del Kursaal donostiarra.
