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Un decreto regional impedirá que los planes urbanísticos proyecten casas junto a focos de ruido

Vicente G. Olaya

Una nueva norma intentará poner orden en el caos sonoro de Madrid. La Consejería de Medio Ambiente tiene listo ya el borrador del decreto antirruido, norma que pretende "prevenir, regular y corregir" la contaminación acústica que afecta a los ciudadanos. El borrador incluye duras restricciones urbanísticas para impedir que los planes municipales califiquen suelo para viviendas junto a focos de ruido (estaciones de tren, aeropuertos, autopistas...) y obliga a los constructores a levantar los edificios con un aislamiento mínimo.

Además, según el decreto, la orientación de las nuevas casas "debe disminuir al máximo el impacto sonoro sobre sus ocupantes". Por primera vez, los planes urbanísticos de los municipios de la región tendrán que tener en cuenta la contaminación acústica que rodeará a los futuros ocupantes de las viviendas. El borrador del Reglamento del Ruido establece que los "edificios destinados a los usos más sensibles desde el punto de vista acústico (viviendas, hospitales, colegios...)" deberán encontrarse a "una separación suficiente de las fuentes de ruido más significativas (en particular el tráfico)".Los planes generales, donde se define el crecimiento de las ciudades, deberán igualmente incluir "medidas generales para minimizar el impacto acústico" y "planos que reflejen con suficiente detalle los niveles de ruido en el ambiente exterior, tanto en la situación actual como en la previsible, una vez acometida la urbanización".

Los ayuntamientos quedan obligados, además, a comprobar, antes de la concesión de la cédula de habitabilidad, que los niveles de ruido ambiente en el interior de las casas no superan los máximos permitidos.

Carreteras

Las nuevas carreteras y autopistas de la región también tendrán que ser sometidas a "un estudio específico de impacto sonoro". Sólo se dará el visto bueno a las infraestructuras que no produzcan más de 65 decibelios en horas diurnas en las viviendas próximas y 55 durante la noche.En el caso de que por cuestiones técnicas no se pueda reducir la contaminación acústica provocada por la carretera, Medio Ambiente obligará a los promotores de la infraestructura a "incorporar las soluciones técnicas oportunas" que garanticen los niveles sonoros mínimos requeridos.

El reglamento prohibe también el uso de bocinas o cualquier otra señal acústica dentro de los núcleos urbanos de todos los términos municipales. Sólo quedan exentos los vehículos de la policía, los bomberos y las ambulancias. No obstante, estos coches tendrán también que someterse a la regulación de la potencia sonora de sus dispositivos acústicos. No podrán superar los 90 decibelios en horas diurnas y los 70 en nocturnas.

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La norma establece igualmente que cuando "en determinadas zonas o vías urbanas se aprecie una degradación notoria del medio por exceso del ruido imputable al tráfico", la Comunidad de Madrid podrá "prohibirlo, limitarlo o restringirlo". Los camiones municipales de la basura tendrán que acoplarse a la nueva normativa. En los pliegos de condiciones para la adjudicación de los servicios de limpieza y recogida de residuos se exigirá la información relativa a los niveles de emisión sonora de los vehículos.

Locales de ocio

Los locales de diversión que generen más de 75 decibelios tendrán que "desarrollar su actividad con las puertas y las ventanas cerradas". Por ello, se les exigirá la instalación de una doble puerta y de aire acondicionado. En consecuencia, los causantes de la contaminación acústica "deberán indemnizar a las personas, bienes o medio ambiente por los daños y perjuicios causados", según se establece en el borrador. Por ello, "podrá exigirse un seguro de responsabilidad civil a las actividades potencialmente contaminantes por el ruido".La futura norma establece tres tipos de infracciones: leves (superar entre uno y cinco decibelios el ruido permitido), graves (no disponer de aislamientos) y muy graves (superar en más cinco decibelios el ruido). Las infracciones muy graves pueden ser castigadas con multas entre 50.000 y 100 millones de pesetas.

El borrador del Reglamento del Ruido, elaborado por una empresa privada, será remitido en breve por la Comunidad de Madrid al Consejo del Medio Ambiente y a todas las consejerías afectadas por la norma antes de su aprobación definitiva.

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Sobre la firma

Vicente G. Olaya
Redactor de EL PAÍS especializado en Arqueología, Patrimonio Cultural e Historia. Ha desarrollado su carrera profesional en Antena 3, RNE, Cadena SER, Onda Madrid y EL PAÍS. Es licenciado en Periodismo por la Universidad CEU-San Pablo.

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