"Vecinos": menos es más

Gordon Lish expresa en la entrevista con The New York Times que se sigue sintiendo traicionado por Carver, aunque reconoce que va a ser difícil convencer al público de que él merece buena parte del crédito del éxito de Carver y de haber sacado de la oscuridad a un escritor "mediocre", como en su opinión era el autor de Catedral. El escritor había entrado en contacto con Gordon Lish en 1971, cuando envió uno de sus relatos a la revista Esquire. Lish lo aceptó y lo publicó en 1971, haciendo una corrección en el título que, pese a parecer anecdótica, marcaría su relación futura y la génesis del estilo carveriano. Carver había titulado el cuento Los vecinos, y Lish lo dejó simplemente en Vecinos. "Lish tenía la convicción minimalista de que menos es más", explica el profesor de literatura William Lush en un ensayo sobre Carver. "Bajo la influencia de Lish, la ficción de Carver se hizo más escueta y lacónica, como un iceberg en sus profundidades ocultas". Según dijo el propio Carver, "Lish creía que era mejor usar cinco palabras en lugar de quince". Las colecciones que Carver publicó con Lish como editor (Puedes hacer el favor de callarte, por favor y De qué hablamos cuando hablamos de amor) le hicieron famoso y respetado, pero cuando se libró de Lish y sacó a la venta Cathedral (colección que incluía el relato del mismo nombre), este prestigio fue a más todavía, y el libro llegó a ser candidato al Pulitzer. Pero en esta etapa, que incluye su obra póstuma en prosa, Where I"m calling from, es cuando entra en juego Tess Gallagher para reclamar su parte del pastel.