Hollywood se inspira en las teleseries más famosas para realizar sus grandes producciones
Hollywood sigue recurriendo a las teleseries como máxima fuente de inspiración para sus grandes producciones, a pesar de los resultados, algunos de ellos, como mínimo discutibles. La versión cinematográfica hace unos años de El fugitivo, la popular serie de los años sesenta, abrió la veda. Expediente X y Los vengadores son las propuestas de renombre para esta temporada, pero la lista de proyectos de adaptación de la pequeña pantalla a la grande es muy larga y surrealista. Hasta el director Steven Spielberg prepara su versión de la archiconocida serie de dibujos animados Los Picapiedra.
La imaginación de las grandes productoras norteamericanas no está en su mejor momento, por eso los estudios recurren cada vez más a rescatar del baúl de los recuerdos series clásicas del mundo de la televisión para tratar de exprimirlas en taquilla. Aunque no es más que un episodio alargado, la versión cinematográfica de Expediente X, recientemente estrenada en España, ha sido este verano un éxito de recaudación para Twentieth Century Fox. Esta misma empresa dio a Chris Carter su voto de confianza al comprar la serie en 1993 de los agentes Mulder (David Duchovny) y Scully (Gillian Anderson).
El mismo éxito ha cosechado Perdidos en el espacio. La ambiciosa adaptación de la vieja serie fantástica ha funcionado muy bien tanto dentro como fuera de las fronteras norteamericanas. Sin embargo, las perspectivas no son tan halagüeñas para la película Los vengadores. Encabezan su reparto Ralph Fiennes, Uma Thurman y Sean Connery, pero la Warner Brothers no ha querido presentarla a la crítica y a la prensa especializada antes del estreno, lo cual no augura un buen pronóstico.
Y es que, en el caso de Los vengadores como en muchos otros, las comparaciones suelen ser favorables al producto original. Véase, por ejemplo, la reciente Blues Brothers 2000, secuela a su vez de una película inspirada en personajes del programa Saturday Night Live. Pero sus creadores, pese a los frecuentes batacazos de sus incursiones cinematográficas, siguen insistiendo, y ahora lo hacen con A night at the Roxbury, sobre dos ligones de discoteca que protagonizan un sketch recurrente en ese espacio.
Aun así, está muy claro por qué Hollywood sigue de cerca las series de televisión. Son fáciles de promocionar, pues manejan un producto de nombre previamente conocido que crea una impresión de complicidad con el público. Además, muchas estrellas de primera fila están dispuestas a poner su cara en estos proyectos, que, generalmente, requieren muy poco esfuerzo.
Superhéroes y dibujos
Hasta Steven Spielberg amenaza con producir la segunda parte de la película Los Picapiedra, que se titulará Viva Rock Vegas y narrará las aventuras vividas por Fred (Pedro, en España) y Wilma durante su luna de miel. En el capítulo de adaptación de dibujos animados al cine con actores de carne y hueso se avecina nada menos que una versión del inspector Gadget, a quien dará vida Matthew Broderick en una producción de Disney. También están en fase de preparación la nueva entrega de Superman, que dirige Tim Burton y protagoniza Nicolas Cage en el papel de uno de los más famosos superhéroes de todos los tiempos, y la inevitable secuela de Misión imposible, que al parecer volverá a estar interpretada por Tom Cruise.
Drew Barrymore y Ginger Spice son dos de las actrices cuyo nombre se baraja para encarnar a los personajes principales de Los ángeles de Charlie, otra serie de los años setenta. Los estudios opinan que la gente aún no ha tenido dosis suficiente de casos criminales resueltos por las tres pizpiretas detectives.
La isla de Gilligan y Mi marciano favorito, dos series muy conocidas por los adictos a la televisión de antaño, van a pasar pronto al celuloide, la segunda de ellas con nombres tan conocidos como Jeff Daniels y Elizabeth Hurley, la eterna novia de Hugh Grant.
Y como no hay duda de que los años ochenta vuelven a estar de moda, los estudios Universal tienen preparada una revisión para el cine de El Equipo A, la serie que protagonizó George Peppard, lo que demuestra que la veda está definitivamente abierta para cualquier serie que haya pasado por la pequeña pantalla.
