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TOUR 98

La más dura de la carrera

Llega la clásica de los Pirineos, con el paso por Aubisque, Tourmalet, Aspin y Peyresourde y el final en Luchon

Carlos Arribas

Aunque los libros digan que el encadenamiento Aubisque-Tourmalet-Aspin-Peyresourde sea uno de los recorridos legendarios del Tour, los Pirineos en estado puro, los ciclistas, más atentos al libro de ruta que a hojear libros antiguos y hazañas prehistóricas, tienen una referencia más clara.Sin ser igual a la primera etapa pirenaica del Tour del 97, aquella en la que los Festina se montaron su propio festival con la victoria final de Brochard, el estilo que propone el trazado de hoy entre Pau y Luchon (la 14ª vez en la historia del Tour que se repite este recorrido) es muy similar: endurezcámosla un poco abriendo boca con el Aubisque en sustitución del Soulor, y endulcemos un poco el final cambiando Val Louron por Peyresourde.

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Un recorrido, sin ninguna duda, candidato a ser el más duro de toda la carrera este año. Y lo del día siguiente, similar al día siguiente de la ronda del 97 (aquel de Jan Ullrich en Arcalís), pero más suave: el insólito Plateau de Beille no es la subida andorrana.

Sí, los ciclistas no leen la historia del Tour, pero recuerdan. Otra cosa que todos se saben de memoria es que el primer puerto duro que se suba suele deparar una sorpresa gigantesca con un solo signo: uno de los favoritos hace aguas, en terminología de Eusebio Unzue, director del Banesto. ¿A quién le tocará esta vez?

Los teóricos hablan de que los contrarrelojistas sufren problemas al cambiar del desarrollo enorme que han movido en el llano por el plato pequeño que deben utilizar irremediablemente en las pendientes (y casi 60 kilómetros de los 196 de la etapa serán en rampas superiores al seis por ciento, y alcanzando alturas por encima de los 2.000 metros).

En Banesto están preparados y anticipan el guión: "Olano se quedará al comienzo del Aubisque, pero que no cunda el pánico, a su velocidad de crucero, guiado por sus compañeros Peña y Beltrán, enlazará enseguida, y así seguirá toda la etapa".

También se puede anticipar un ataque lejano de Marco Pantani, que disfrutará de la ventaja de que apenas hay valles intermedios entre las cuatro cimas y no sufrirá la soledad en la llanura azotada por el viento (escenario alpino).

¿Y el resto? Sin Festinas rompetácticas defensivas, los Telekom llevarán el control hasta que Ullrich se quede solo con los elegidos. Elaborará la lista de los que se han quedado eliminados por su propio peso, y pensará en una táctica de remache para el día siguiente. O eso dicen los sabios. Los demás, al final, sabrán a qué pueden atenerse en cuanto a sus aspiraciones.

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Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

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