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Los críticos reprochan a los novelistas su poca imaginación literaria

Guelbenzu dirige un curso en la UIMP sobre la creación del personaje en la novela

"Poco a poco, se está imponiendo la idea de que la literatura es escribir sobre lo que le pasa al escritor. La literatura está llegando actualmente a una situación en la que se trata simplemente de mimetizar la realidad e incluso el modo de hablar de los personajes, que haya concesiones mutuas entre el autor y el lector", dice José María Guelbenzu. El escritor dirige un curso sobre la creación del personaje en la novela de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, en Santander. Literatos, críticos y lectores desglosan cuatro novelas para analizar la creación de personajes.

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Santander"Ahora parece que se crea un personaje contando lo que sucede cuando te tomas unas copas o vas en el metro a trabajar" dicen los expertos que participan en el encuentro. Guelbenzu, el director, explica que la elaboración del personaje es un asunto extraordinariamente complejo, que requiere conocimientos importantes, y la creación de grandes personajes contradice esta visión retroactiva, una especie de crónica rápida y animosa sobre la vida. Los escritores rechazan la tendencia de los escritores que cuentan historias como la vida misma: "la novela requiere una elaboración, la confusión entre ambas cosas es lo que está generando una especie de escritura fácil, apresurada, falsamente costumbrista"."Se está llegando a un desdibujo del personaje en la novela", señala el crítico literario y ex director de la Biblioteca Nacional Carlos Ortega. "Con cuatro pinceladas sociológicas basta para montar un argumento y unas cuantas situaciones". Y este curso ayudará a poner de relieve la importancia absoluta del personaje en la novela. Durante la convocatoria se analizarán cuatro obras: El cuarto de atrás, de Carmen Martín Gaite; El lenguaje de las fuentes, de Gustavo Martín Garzo;Una comedia ligera, de Eduardo Mendoza; y Galíndez, de Manuel Vázquez Montalbán.

"El personaje es una de las partes fundamentales de las que consta una novela. Se trataba de hacer un curso que no fuera una sucesión de conferencias, explica Guelbenzu, sino que la convocatoria tuviese la función de poner de relieve el problema de la escritura de una novela o de una narración y que se fuesen, paso a paso, descubriendo las claves fundamentales de ese elemento trascendente de la narración, que es el personaje".

El papel del lector

Guelbenzu destacó que buena parte de los cursos que se hacen de este tipo son sociológicos, como sobre la novela española. "En este caso se han escogido cuatro autores y cuatro críticos que se plantean problemas de literatura. De cada autor, se ha elegido una obra con un personaje muy característico y el objetivo de este peculiar encuentro es que el análisis de esos personajes dé una visión global de cuáles son los problemas en escritura de creación del personaje".Problemas que no se sabrán hasta que no termine el seminario, el próximo viernes. Martín Garzo añade que también se busca tambien dar un papel creativo al lector que participa en este encuentro.

"Cuando se habla de novela, en lo primero que se piensa siempre es en el personaje que la sostiene. Se me hace difícil imaginar una novela sin personaje y daría lugar a un genero nuevo literario", señala Ortega. "Prácticamente todas las teorías críticas que se han escrito sobre la novela están enfocadas en el personaje, al que consideran como un héroe problemático, en lucha contra todo lo que le rodea, porque es, por ejemplo, un inadaptado". Y da un claro ejemplo: "La primera novela moderna, es el Quijote. Si le decimos a alguien que defina la novela, define a ese hidalgo que inventó Cervantes".

"El personaje es la puerta que permite alcanzar la historia secreta de la vida, el personaje es siempre el portador de un mundo". Esta frase pertenece al escritor Gustavo Martín Garzo. Dice que "una cosa son las historias tal y como parece que suceden y otra muy diferente lo que está sucediendo de verdad".

Como una partitura

Y partiendo de ese argumento, el escritor explica lo que es literatura: "A ese querer ir a lo que sucede es a lo que llamamos literatura, a ese querer sacar lo que está oculto en esas historias cotidianas que vemos aparentemente suceder todos los días". Pero, en la vida, la parte más significativa siempre está oculta y el personaje es una especie de vínculo entre lo que estamos viendo y lo que está oculto.Martín Garzo considera que el lector debe tener un papel creativo en la novela, de la misma forma que el intérprete tiene que sacar la música que hay en una partitura. El libro es una especie de partitura que el lector debe interpretar a su manera, por eso es tan importante saber lo que él tiene que decir.

Que sea verosimil, que tenga credibilidad. Esto es lo más importante de un personaje. Carlos Ortega cuenta la razón: "Puede ser un personaje de fantasía y ser también creíble, ese es el reto. Un niño nunca se pregunta cómo es posible que el zapato de La Cenicienta, de cristal, no se rompa. Lo aceptan porque hay una lógica que tira de ese hilo. Lo acepta la imaginación, no tiene porqué ser real. Hay un centro de gravedad en cada relato que lo hace coherente y que el lector aprecia".

"El autor tiene que tener respeto por el personaje que está creando. Es más eficaz cuando el autor está implicado con su personaje, aunque no lo acepte, como ocurre en las novelas de Gustavo Martín Garzo", destacó Carlos Ortega. Pero, el personaje tiene que estar acompañado de una buena historia, aunque eso no es lo importante, según Guelbenzu.

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