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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Presos con sida

El pasado 23 de febrero se publicó una noticia con el titular Las cárceles de Madrid son las únicas que no hacen pruebas para conocer el avance del sida. El antetítulo indica que Un 30% de los 7. 000 internos ha desarrollado la enfermedad, según fuentes médicas. El titular de primera asegura: Los presos madrileños, los únicos sin control del avance del sida.El texto especifica, sin embargo, que es sólo una prueba -la carga viral la que no se está haciendo a los enfermos, aunque sí se hace otra -el CD 4- que permite medir el nivel de defensas frente al virus. Si de dos pruebas se hace una, entiendo que algo de control existe. Pero mi queja no está motivada sólo porque se haya utilizado el plural en lugar del singular. El origen de mi queja se sitúa en el tercer párrafo: "Este periódico ha intentado, sin éxito, obtener datos oficiales sobre la incidencia del sida en las prisiones de la región".

El sida es un grave problema de salud pública que afecta a toda la población. No se puede hacer del preso enfermo un caso aparte, porque la condición de preso no es eterna. La Dirección General de Instituciones Penitenciarias (DGIP) notifica anualmente al Registro Nacional del Sida todos los casos diagnosticados en prisión, lo mismo que hacen las comunidades autónomas. Entiendo, por tanto, que datos oficiales son los que proporciona el Plan Nacional o la Dirección General de Instituciones Penitenciarias. Ignoro si se solicitaron los datos al Plan Nacional, pero estoy segura de que no los solicitó en la DGIP. Todo lo que el redactor preguntó en este gabinete fue si se efectuaba la carga viral en las prisiones de Madrid y si se habían suprimido las consultas externas en el hospital penitenciario tras una fuga frustrada.

La DGIP ha puesto en marcha iniciativas tan vanguardistas como el intercambio de jeringuillas en prisión para reducir los riesgos de contagio y de transmisión del VIH derivados del consumo de drogas por vía parenteral. ¿Quizá entonces es que es mejor noticia aquélla que ofrece datos más abultados facilitados por fuentes que no se identifican?

Creo, por otra parte, que se da más opinión que información, ya que se asegura: "La asistencia sanitaria a los presos madrileños no pasa por sus mejores momentos". "Los internos enfermos de sida reciben peor asistencia médica que los contagiados al otro lado de las rejas", según " quejas de internos llegadas a este periódico y corroboradas en fuentes médicas penitenciarias".

No sé cuáles son esas fuentes, pero como lectora quisiera saber ¿cómo era esa asistencia sanitaria cuando pasaba por buenos momentos? ¿Qué tratamiento recibe un enfermo de sida entre rejas y fuera de ellas? Se afirma que las enfermerías de las prisiones carecen de medios, ¿con qué medios cuentan?-

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