Las cuentas del Guggenheim
En la entrevista realizada a don Jacinto Pellón sobre las pérdidas de la Expo, publicada al pasado 6 del corriente, ante la pregunta de si es habitual elevaciones del coste de las obras en un 41% respecto al presupuesto aprobado, el señor Pellón se permite afirmar que es bastante frecuente que los proyectos no lo prevean todo, citando a continuación al Museo Guggenheim de Bilbao como ejemplo de esa circunstancia.Quisiera aclarar tanto al señor Pellón como a los lectores que, en lo referente al Museo Guggenheim de Bilbao, esta manifestación es absolutamente falsa y carente de toda base, ya que no se ha producido desviación alguna sobre lo presupuestado para su construcción. En el año 1991 se definió un presupuesto de 14.028 millones de pesetas, y a su término, este otoño, el coste total ha ascendido a 14.000 millones de pesetas, de los que 10.000 millones corresponden al concepto de coste de construcción y los 4.000 millones restantes a equipamiento y mobiliario, urbanización del entorno y honorarios profesionales.
Teniendo en cuenta que la depreciación del valor de la peseta en esos seis años ha sido de casi el 27%, podemos considerar incluso que el coste en términos reales ha sido muy significativamente inferior al inicialmente considerado.
Sin entrar a realizar valoraciones sobre la oportunidad de otras inversiones ni la capacidad de gestión demostrada por sus responsables, no puedo dejar pasar esta ocasión sin manifestar mi disgusto por el mal estilo que denota la desleal actitud del señor Pellón, quien con sus comentarios calumniosos trata de confundir a la opinión pública y proyectar la errónea impresión de que todos los proyectos de iniciativa pública llevan aparejado el inexorable incumplimiento de sus presupuestos originales.- Director general del Museo Guggenheim.