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El último bastión de la guerra fría

35 años después de la "crisis de los misiles", Cuba, sola y sin aliados socialistas, sigue bloqueda por EE UU

Hace hoy 35 años, el 27 de octubre de 1962, el mundo estuvo más cerca que nunca de la guerra nuclear. Aquel día, exactamente a las 10.17, hora de Cuba, una batería antiaérea soviética de cohetes SAM-2 derribó un avión U-2 norteamericano que cruzaba el cielo oriental de la isla e misión de espionaje. La acción, en el momento más caliente de la crisis de los misiles, estuvo a punto de desencadenar la guerra. Al final, un acuerdo de última hora entre la URSS y EE UU evitó el desastre. Hoy, al conmemorarse el 35º aniversario de aquel conflicto, la guerra fría ha terminado y la Unión Soviética no existe. Su heredera, Rusia, es ahora un país amigo de Estados Unidos y sus intereses en la isla son muy reducidos. Sin embargo, por uno de esos anacronismos de la historia, Cuba sigue bloqueada por EE UU y el enfrentamiento entre ambos países no ha amainado.La crisis de los misiles, también llamada del Caribe o crisis de octubre, comenzó el 22 de octubre de 1962, cuando el presidente norteamericano John F. Kennedy informó a la opinión pública internacional de la presencia de cohetes nucleares soviéticos en Cuba y decretó un bloqueo naval alrededor de la isla. Kennedy amenazó con detener por la fuerza los barcos soviéticos que intentasen introducir armas en la isla, y exigió que los misiles fuesen retirados de Cuba.

Los misiles habían llegado a la isla semanas antes, como resultado de un acuerdo militar entre Cuba y la URSS. Éste se produjo en el contexto de las tensiones cubano-norteamericanas (la invasión de bahía Cochinos se había producido un año antes) y cuando la correlación de fuerzas nucleares entre la URSS y EE UU estaba inclinada a favor de los norteamericanos. En aquel momento, el entonces presidente de la URSS, Nikita Jruschov, pidió a Fidel Castro instalar los misiles en Cuba como forma de garantizar la defensa de la isla y prevenir una invasión yanqui, aunque su propósito final era mejorar la paridad estratégica frente a EE UU.

La crisis de los misiles terminó el 28 de octubre, cuando Nikita Jruschov anunció que había llega-, do a un acuerdo con Kennedy para desmantelar sus cohetes a cambio de que EE UU se comprometiese a no invadir la isla y, luego se supo, a retirar parte de los que poseía en Turquía apuntando hacia Moscú.

Al día siguiente de conocerse el acuerdo, miles de cubanos salieron a manifestarse a las calles al son de una conga que decía: "Nikita, mariquita, lo que se da, no se quita". Fidel Castro rechazó sin tapujos los términos del entendimiento soviético-norteamericano -que incluía que una misión de la ONU supervisase en la isla el desmantelamiento de los cohetes-, y, en su lugar, fijó cinco garantías para la seguridad de Cuba: entre ellas estaban el cese del bloqueo económico contra Cuba, la devolución de la base de Guantanamo y el cese de as acciones subversivas auspiciadas o permitidas desde Estados Unidos. Hoy, al cumplirse 35 años de aquella crisis que puso al mundo al borde de la guerra atómica Cuba, sola y sin campo socialista que la apoye, sigue bloqueada por EE UU. El hijo de uno de los protagonistas de aquella crisis, John Kennedy, se encuentra estos días en las isla para entrevistar a Fidel Castro para su revista George y hablar del pasado, aunque se ha superado la guerra fría. También hay militares norteamericanos en la base de Guantánamo, pues, en esta zona caliente del Caribe, la guerra fría no, ha terminado.

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