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La OPA de Lafarge sobre Molins resucita la pugna en el mercado del cemento

La lucha por el control de Cementos Molins forma parte de una batalla entre dos grandes multinacionales cementeras, la mexicana Cemex y la francesa Lafarge, por la hegemonía del mercado español y el mantenimiento de su presencia en Latinoamérica. Con la oferta pública de compra de acciones (OPA) sobre Cementos Molins, el grupo Lafarge busca una mayor presencia en el mercado español y pretende frenar el ascenso comercial de otra gran multinacional, la mexicana Cemex.

El grupo Lafarge valora Cementos Molins en 50.000 millones de pesetas al anunciar que adquirirá el 39,1% de Molins a Ciment Français (Italcementi) mediante oferta pública en la que pagará las acciones de la empresa española a 4.500 pesetas, un 30% más que el valor en Bolsa. El precio de Lafarge supera ampliamente las 3.600 pesetas por acción ofrecidas el pasado mes de junio por Ciment Français, aunque en aquella ocasión el tanteo hostil de los socios de Molins no superó las escaramuzas preliminares. Ciment Francais, socio institucional de Cementos Molins desde 1986, ofreció en junio a los propietarios de la empresa española menos de 35.000 millones por la totalidad del grupo cenientero, una cantidad muy inferior al precio de la OPA de Lafarge tan sólo cuatro meses después.

¿Por qué esta diferencia de precio en una empresa que apenas ofrece liquidez en Bolsa y que está controlada en un 52% por la familia Molins? Lafarge contesta a esto argumentando que su nuevo socio español está muy bien situado en el mercado latinoamericano. Al anunciar la OPA sobre Cementos Molins, Miguel del Campo, el consejero delegado de Asland -filial española de Lafarge-, destacó que su nuevo socio tiene instalaciones cementeras de alto valor en Argentina y Uruguay. Sin embargo, no mencionó, la factoría que posee el grupo familiar español en la ciudad mexicana de Cuernavaca, un enclave estratégico de la producción hormigonera ante el feudo de Cemex.

Interés por las hormigoneras

Cemex, presente en España desde que adquirió Valenciana de Cementos, ha intentado repetidamente adquirir la factoría de Molins en Cuernavaca, pero el grupo español ha desestimado varias ofertas y ha mantenido su criterio de permanecer en el mercado mexicano. Cemex ha respondido a la resistencia de Molins con una contraofensiva comercial en el Levante español -sobre todo el litoral catalán-, donde la empresa mexicana está intentando vender material de la construcción a bajo precio a los clientes de Cementos Molins, según fuentes del sector.El interés de Lafarge por Cementos Molins coincide, además, con un momento en el que las multinacionales del sector se muestran especialmente interesadas por el segmento del hormigón. Molins es una pieza codiciada precisamente porque es de las pocas cementeras europeas que tienen una importante producción de hormigón. En esta línea, la adquisición del 39,1% de Molins por Lafarge se inscribe en el marco de una estrategia que busca una posición de control en el mercado hormigonero. Este proceso explica otra importante oferta de Lafarge lanzada en las bolsas internacionales sobre la compañía Red Land, una de las principales operadoras del mercado mundial del hormigón.

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