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Un juicio necesario

El Estado fichó, marginó de la sociedad y despojó de sus bienes a judíos que vivían en Francia entre 1940 y 1944. Procedió al internamiento de decenas de miles antes de entregarlos a los convoyes nazis hacia los campos de exterminio. Se han necesitado 50 años para que un presidente lo reconozca oficialmente. ( ... )Y se han necesitado más de dos años para la apertura del juicio de Maurice Papon, alto funcionario organizador de los arrestos en Burdeos y los traslados a Drancy, antesala de los campos de la muerte. Es justo llevar ante la justicia a un hombre sospechoso de ser uno de los auxiliares franceses de la solución final. ( ... ) Los esfuerzos de Mitterrand fueron eficaces al permitir a otros escapar. ( ... ) Pero no han impedido que Papon dé por fin cuenta de sus actos. El juicio de Burdeos, tras el de Barbie y el de Touvier, será el tercer paso de los tribunales contra acusados de crímenes contra la humanidad cometidos durante la ocupación. Es el único en el que el acusado fue funcionario francés. Más allá de la sentencia, la realidad del régimen de Vichy será la que pasará por el tamiz de los testimonios y documentos sobre los actos de un secretario general de prefectura.La acción de la Resistencia y el prestigio de la República no disminuirán, sino todo lo contrario. La salida a la luz de las exacciones del petainismo magnifica la valentía de los que se le opusieron y hace recordar hasta dónde puede llevar la negación de los principios republicanos. 8 de octubre

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