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EE UU hizo experimentos radiactivos con esquimales, negros, soldados y deficientes

Un informe oficial revela ensayos en sectores marginales desde los años cuarenta

El Departamento de Defensa de EE UU ha hecho público un nuevo informe en el que se revela que no sólo experimentó con radiación sobre sus tropas a partir de los años 40, sino también sobre sectores marginales de la población: esquimales del estado de Alaska, negros con bajo coeficiente de inteligencia y niños deficientes. También se suministró alimentos con radiación a objetores de conciencia de la religión menonita (una rama de los Amish). El informe se centra en un tratamiento con radio que se aplicó a 20.000 soldados entre los años 40 y 60.

Según el Pentágono, este tratamiento puede suponer un "riesgo significativo" para los militares de la Fuerza Aérea y de la Armada que lo recibieron y para sus familias. Pero se reconoce que será extremadamente difícil localizar a todos, porque los partes médicos están incompletos y muchos no tienen ni el nombre del paciente. El Pentágono no asocia el tratamiento con ningún problema concreto de salud a largo plazo; simplemente recomienda que quien lo haya recibido debe comunicarlo al médico.El experimento que se detalla en el informe consistía en la aplicación continuada de radio por el orificio nasal para reducir la presión en el oído que sufrían los pilotos y los submarinistas, y que causaba problemas de equilibrio por inflamación o rotura del tímpano. Este remedio se abandonó a mediados de los años 60 con medicamentos más avanzados y el desarrollo de cabinas presurizadas, pero antes se había aplicado también a civiles y familiares de los soldados para tratamientos rutinarios de sinusitis.

Ensayos con civiles

Esta revelación es una más en la larga lista de informes que están saliendo a la luz desde que un comité presidencial determinara en 1995 que la Comisión de Energía Atómica (antecesor del Departamento de Energía) había experimentado con radioactividad sobre seres humanos a partir de la guerra fría.

La Administración Clinton ha solicitado al Ejército que concrete todos esos experimentos, que se estiman en unos 2.400. De ellos, 500 se realizaron entre 1944 y 1974, y desde entonces hasta 1994 se ha completado el resto, 1.900. La Administración asegura que las pruebas que se realizan hoy tienen más medidas de seguridad y se hacen siempre con el conocimiento de los voluntarios.

Pero aparte del posible riesgo para soldados y ex-soldados, el último informe llama la atención sobre los experimentos con civiles. Según la cadena televisiva CNN, altos mandos de Defensa reconocen que muchas de esas personas no sabían a lo que se exponían, aunque se prestaban voluntariamente. En los años 50, un estudio sobre el tiroides en condiciones de frío extremo llevó a la Fuerza Aérea a dar yodo radioactivo a grupos de esquimales de Alaska, que están negociando ahora con Defensa una compensación por los perjuicios.

También en esa década, objetores de conciencia menonitas, una rama de la reclusiva religión Amish que cuenta con 300.000 adeptos en EE UU, se ofrecieron como ratas de laboratorio a cambio de no ir al servicio militar.

Los menonitas comieron alimentos con elementos radioactivos, igual que niños de un colegio para retrasados mentales en Massachussets. En otro experimento que se llevó a cabo en la facultad de Medicina de la Universidad de Cincinnati (Ohio), se aplicó radiación por todo el cuerpo a enfermos de cáncer que en su mayoría eran afroamericanos con bajo coeficiente de inteligencia.

Entre los acuerdos a los que ha llegado la administración recientemente en estos casos está el pago de 6,5 millones de dólares (casi mil millones de pesetas) a 16 personas que fueron inyectadas con materiales radioactivos sin saberlo como parte de un experimento gubernamental.

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