_
_
_
_
_

"Me apetece pasear y comer en Bilbao"

"Y si a ustedes no les importa, como estoy de excelente humor y me apetece pasear y comer en Bilbao, me voy". Y ni corto ni peezoso, José María Aznar bajó las escaleras de un hotel Ercilla, plagado de miembros del servicio de seguridad del presidente, para salir a tomar el aire, a "pasearnos a cuerpo" antes de degustar unas anchoillas, jamón, demás entrantes y segundo plato obligado en uno de los mejores restaurantes de Bilbao. Aznar no estaba sólo. A su alrededor había un miembro de los GEO motorizado, otro a pie, dos furgonetas de la Ertzaintza, dos helicópteros y los siete miembros de su guardia pretoriana ataviados de auriculares y micrófonos. Una nube de fotógrafos y de cámaras de televisión acompañó al presidente del Gobierno desde el hotel Ercilla hasta el restaurante. Carlos Iturgaiz actuó de improvisado cicerone. Por el camino Aznar estrechó las manos de varias personas, rozó la sonrosada tez de varios niños y escuchó atentamente a una jovenzuela que se le acercó con un papel en la mano. Una mujer también se le acercó para decirle: "¡Qué alegría!, que viva usted muchos años. Recuerdos a su señora". Enfiló la Gran Vía de la capital vizcaína tras asegurar, en tono jocoso, a una mujer que había ido a Bilbao porque "no tenía otra cosa mejor que hacer que venir aquí". Otra señora le preguntó: "¿Cómo va éso?". A lo que respondió: "Va bien la cosa".

Más información
El PSOE critica al Gobierno por "capitalizar partidariamente" la lucha antiterrotista
Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_